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El exdirector de Operaciones de la antigua Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE) de Argentina, Horacio Antonio Stiuso no asistió este lunes a la citación de la Secretaría de Inteligencia (SI) para dar cuenta sobre las presuntas “conductas dilatorias e irregulares” durante su actuar como informante en el caso AMIA, informó Télam.
El abogado de Stiuso, Santiago Blanco Bermúdez afirmó que "Stiuso está en el exterior, no sé cuándo va a regresar a Argentina y no tengo cómo ubicarlo", citó La Jornada.
El director de la SI, Óscar Parrili informó el miércoles pasado que el exespía había sido notificado para que se presentara ante la justicia argentinal al tiempo que recordó que en 2005 el fiscal Alberto Nisman y el entonces fiscal Marcelo Martínez Burgos entregaron a Stiuso "entre 24 y 30 discos compactos con llamadas internacionales entrantes y salientes de la Argentina realizadas entre 1991 y 1996 para efectuar un entrecruzamiento".
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"El fiscal los remitía a la Dirección de Asuntos Jurídicos y de ahí iban a Stiuso y luego a un agujero negro", detalló Parrilli, a su vez, afirmó que el principal informante de Alberto Nisman "respondía que continuaban las tareas", pero que las tareas nunca se culminaron.
“Al momento de su jubilación, Stiuso no hizo entrega de documentación alguna ni refirió sobre la existencia de tareas en curso, pendientes de respuesta o de importancia y urgencia en relación a la investigación (…) se han encontrado en las distintas áreas notas o documentos que avalen estas tareas", dijo Parrili.
Por su parte el abogado de Stiuso sostuvo que el ex espía “se encuentra en el exterior (…) no tengo contacto con él y no tengo cómo ubicarlo".
El jefe de Gabinete argentino, Aníbal Fernández, afirmó que el fiscal Alberto Nisman y Stiuso estuvieron implicados en la “confabulación” para comprobar que trabajaban “denodadamente”, pero "en realidad no lo hacían".
Para Fernández, hubo "una suerte de cartón pintado" en la pesquisa, “nada que tenga criterio y situaciones ordenadas de lo que tendría que haber sido la investigación y con un presupuesto de 34 millones de pesos (unos tres millones de dólares), con 40 empleados y un sistema de inteligencia a su disposición, entre otras ventajas”.
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Fernández desechó que Nisman haya dejado “un archivo digital” sobre la AMIA a su madre y a una hermana para que lo guarden, de acuerdo a una versión periodísitica, a la que calificó como “una mentira absurda".
“Una denuncia está compuesta por dos partes: la acusación y las pruebas, y no se pueden guardar pruebas para el mejor momento”, describió.
Calificó la tarea realizada por Nisman como “endeble y ligada a un manejo discrecional e insensato de los fondos que se le asignaron y que quieren que uno se calle la boca y escuche a un periodista chiquitito que anda por ahí preocupado porque critico a Nisman”.
Aseguró que lo iba a “seguir criticando por la malversación sobre los fondos que se le asignaron para, nada menos, que investigara el atentado a la AMIA”.
Fernández subrayó que “algunos que creen que la muerte santifica, yo no. Yo no le deseo mal a nadie, tengo la tranquilidad de no saber odiar, pero él (Nisman) formaba parte de esta confabulación".
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