El jefe del Gabinete argentino, Aníbal Fernández, reveló este jueves que el fallecido fiscal Alberto Nisman, encargado de la investigación del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994, usó los fondos públicos para llevar un estilo de vida lujurioso.
“Todo eso de la vida privada no me interesa, no me importa. Lo que sí me importa, y lo que digo hoy, es toda esa vida licenciosa y cara, muy cara”, dijo Fernández.
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Según Fernández, el fiscal cometió el delito de malversación de caudales públicos para contratar a empleados que no trabajaban. Asimismo, incurrió en delitos de soborno, pues su exauxiliar Diego Lagomarsino aseguró que la mitad de su sueldo en la fiscalía especial AMIA se lo reintegraba a Nisman.
Fuentes locales informaron que el excolaborador de Nisman pagaba mensualmente unos cinco mil dólares y depositaba 2 mil en una de las cuentas del fiscal.
Lagomarsino fue quien le entregó a Nisman la pistola que causó su muerte, la cual fue encontrada en el departamento del fiscal el 18 de enero.
EN CONTEXTO:
El fallecido fiscal Alberto Nisman había denunciado a la presidenta argentina Cristina Fernández y el canciller Héctor Timerman por el supuesto encubrimiento a Irán tras el atentado contra la AMIA en 1994, en datos sin fundamento y pistas falsas.
La muerte del fiscal ha sido utilizada por opositores a la presidenta Cristina Fernández y por poderosos grupos de poder y medios de comunicación para tratar de vincular al gobierno con el trágico suceso.
El magistrado federal argentino, Daniel Rafecas, sentenció el 26 de febrero, que no hay elementos necesarios en la denuncia del fallecido titular de la Unidad Especial AMIA, para abrir una investigación contra la Presidenta de la Nación.
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