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Es la primera vez que el canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, revela los detalles del plan del presidente Vladimir Putin para anular al autodenominado Estado Islámico (EI), reseñó Kommersant.ru.
Se trata de la conformación de una amplia ofensiva en la que participarán las fuerzas del Ejército de Siria, Irak, los kurdos y los países de la región. El plan se dio a conocer en el contexto de las negociaciones entre Rusia, Estados Unidos (EE.UU.) y sus pares de los países del Golfo Pérsico.
Todo esto se dio en medio de la decisión del presidente de EE.UU., Barack Obama, de proteger por el aire a los que se oponen al Gobierno constitucional del presidente Bashar Al-Assad, en caso de ser atacados por el EI o por el Ejército sirio, lo que significaría la intervención directa del país norteamericano en el conflicto de esa nación árabe.
Ante esto, el ministro ruso de Relaciones Exteriores recordó cómo “los Estados Unidos hace un año, anunció la creación de una coalición para luchar contra el EI en Irak y Siria, Washington obtuvo el acuerdo del Gobierno iraquí, pero no solicitó el consentimiento de Damasco. Ya hemos insistido en la ilegitimidad y contraproducente tal enfoque", citó Kommersant.
Lavrov destacó que esta postura estadounidense ha sido “un obstáculo para la formación de un frente común contra el EI”, por lo que analizó que la nueva maniobra de Washington para apoyar a los que adversan a Bashar Al-Assad es “complicar aún más la lucha contra el terrorismo”.
En otro orden de ideas, este martes el Kremlin negó categóricamente que el presidente ruso, Vladimir Putin, envíe a Siria tropas rusas para combatir al EI.
El vocero del Gobierno ruso, Dmitri Peskov, manifestó que "no, no lo estamos debatiendo en ningún caso. No está en la agenda del día".
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En Contexto:
Siria es víctima desde el 2011 de una ofensiva financiada por Estados Unidos y aliados occidentales cuyo objetivo es el derrocamiento del presidente Bashar Al Assad.
El pasado 27 de julio se conoció que Estados Unidos y Turquía están afinando los últimos detalles para enviar una campaña militar con el propósito de “expulsar” al autodenominado Estado Islámico (EI) de una franja de territorio sirio a lo largo de la frontera con la nación euroasiática.
Según analistas internacionales este movimiento involucraría aún más a Turquía en la guerra civil que se desarrolla en el país árabe, intención que ya han denunciado las propias autoridades sirias.
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