Los cuerpos hallados el pasado 6 de febrero en un crematorio abandonado del puerto mexicano de Acapulco, ubicado en el estado de Guerrero, pertenecían a 34 hombres y 26 mujeres, informó este jueves el fiscal general de Guerrero, Miguel Ángel Godínez Muñoz.
Autoridades mexicanas afirman que el hecho se perfila como un fraude por el cual el propietario entregaba cenizas de otros cuerpos o arena, evitando cremar los que se le enviaban.
El funcionario dijo que se continúan tomando muestras de los huesos de los cuerpos para realizar la comparación genética con los familiares que han solicitado informes.
Asimismo, “se está completando el expediente para emprender acciones legales contra el dueño del crematorio”, Guillermo Stua, quien es buscado por Interpol, afirmó.
"Se actuó de mala fe, se entregaban, según las declaraciones de testigos, cenizas que recogían del suelo", afirmó el procurador.
El fiscal dijo que no se descarta una posible complicidad con funerarias y que el dueño sea en realidad un presta nombres.