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Países de África y el Medio Oriente fueron los mayores consumidores de estos agentes toxicológicos, para emplearlos contra su propia población.
La exsecretaria de Estado norteamericana Hilary Clinton dio luz verde al aumento de la venta de armas de destrucción masiva, cuya ganancia se acumulaba directamente en las cuentas de la fundación de la familia Clinton en forma de donaciones, de acuerdo con información recogida por varios medios de prensa.
Se conoció que desde 2011, Clinton desempeño un papel fundamental en la venta de estos agentes toxicológicos, en los que se encuentran armas químicas y biológicas, a nueve países del Medio Oriente, cuyos gobiernos pagaron donaciones a su fundación.
Según la publicación digital International Business Times, durante las protestas contra el expresidente egipcio Hosni Mubarak, Clinton se mostraba en público, profundamente preocupada por el tema de los derechos humanos, pero al mismo tiempo intentaba convencer a la Casa Blanca de la importancia de vender esas armas a El Cairo.
La aspirante a la Presidencia de Estados Unidos convenció a las entonces autoridades del país norteafricano para que compraran armas a Washington, clasificadas como agentes toxicológicos, las cuales posteriormente fueron utilizadas por las fuerzas de Mubarak contra los manifestantes antigubernamentales.
En 2010, el régimen de Mubarak pagó al expresidente de EEUU Bill Clinton (esposo de Hillary), 250 mil dólares para adquirir esas armas a fin de emplearlas después contra su propia gente, prosiguen las fuentes. Y, en 2012, Egipto pagó entre 100 mil y 250 mil dólares al exmandatario.
De igual manera sucedió en Arabia Saudí, nación que recibió este tipo de armas por valor de unos cinco millones de dólares entre 2008 y 2010.
El Gobieron saudí supone uno de los mayores donantes de esa empresa, que pagó al menos 10 millones de dólares a Clinton años antes de que asumiera el cargo del secretaria de Estado.
El diario británico Dailymail reportó el pasado 28 de abril, que la fundación de la familia Clinton recibió, en 2008, un monto de siete dígitos, justo antes de que Hillary votara en el Senado a favor del levantamiento del embargo de Estados Unidos al comercio de tecnología nuclear con La India.
