Unas 250 mil personas podrían perder la vida dentro de los próximos 20 días o menos a causa de una hambruna masiva producida por la falta de provisiones en Alepo, en Siria.
La escasez de suministros médicos y personal generó una crisis humanitaria en Siria. Los médicos prácticamente deben elegir cuál niño debe morir o vivir de 100 mil menores, los cuales no pueden comer ni dormir sin miedo. Sometidos a intensos bombardeos a cualquier hora, los infantes experimentan altísimos niveles de ansiedad.
Organizaciones sociales solicitan permitir el suministro de alimentos, medicamentos y atención.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) alertó el 10 de noviembre que la comida para distribuir en la ciudad siria de Alepo (norte) podría acabarse.
"Hay familias que no han recibido comida en semanas. La situación es realmente desesperada", resaltó en una rueda de prensa Jan Egeland, responsable de la asistencia humanitaria de la ONU en Siria.
El funcionario aseguró que Alepo oriental es la zona de Siria "que más les preocupa", y advirtió que el invierno que inicia en el país árabe será el "peor" debido a esta situación.