La Organización Internacional del Trabajo (OIT) registra a 215 millones de niños en situación de esclavitud en el mundo, cifra que confirma la falta de políticas para erradicar el mal que atenta contra la vida de los hombres y mujeres del mañana.
En ocasión del Día Mundial Contra la Esclavitud Infantil unos 132 millones de niños y niñas menores de 15 años se dedican al trabajo agrícola en todo el mundo bajo condiciones precarias que afectan la salud y el crecimiento de la mayoría.
Pese al trabajo que se realiza desde la ONU, existen unos 100 mil niños trabajando en los campos.
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En la República Democrática del Congo, donde se encuentra cerca del 80 por ciento de las reservas mundiales del cobalto con el que algunas grandes empresas fabrican las baterías de celulares o equipos electrónicos se registra un alto índice de explotación infantil.
En un informe titulado “Esto es por lo que morimos: los abusos a los derechos humanos en el Congo impulsan el comercio global de cobalto”, se acusa a diferentes trasnacionales de ser cómplices de la violación de los derechos de los menores en el país africano.
Las multinacionales se disputan la explotación de este mineral sin importar el costo humano. Niños víctimas de la pobreza se introducen por estrechas y peligrosas grietas donde corren el riesgo de quedar sepultados para obtener las piedras que contienen la sustancia.
En ese contexto, la OIT insiste en fijar programas para disminuir el trabajo infantil a través de la protección social centrada en una educación formal, sin embargo, el aumento de esta actividad en los niños indica la dificultad para eliminar las peores formas de explotación para 2020.
En África, los niños son vendidos por sus padres a cambio de ganado, son explotados en plantaciones y minas, o se convierten en trabajadores domésticos.