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    En WikiLeaks está documentada la política injerencista de EE.UU. en Bolivia.

El texto revela las estrategias y acciones que llevó a cabo Estados Unidos para desestabilizar al Gobierno del presidente Evo Morales.

El Gobierno de Bolivia presentó el pasado 15 de julio un libro que revela la política injerencista de los Estados Unidos para frenar el proceso de cambio impulsado por el presidente Evo Morales.

El libro BoliviaLeaks: La injerencia política de Estados Unidos contra el proceso de cambio fue escrito durante siete meses por los investigadores Fernando Torres Gorena, Jessica Suárez Mamani, Loreta Tellería e Iván Fernando Mérida Aguilar. 

El vicepresidente boliviano Álvaro García Linera, encargado de la presentación de la obra, indicó que el texto se basa en cables de WikiLeaks que develan reuniones entre representantes de la derecha boliviana con miembros de la embajada norteamericana con el objetivo de conspirar en contra del Gobierno del presidente Evo Morales.

Estados Unidos y la cultura de la dependencia imperial


El libro explica el dominio ejercido por el imperio norteamericano mediante la penetración financiera y económica, el control político y territorial en el continente latinoamericano.

En el caso del país boliviano, la internalización de la injerencia ocurrió gracias a la facilitación permitida por los gobiernos de turno, quienes promovieron “períodos largos de ocupación política y económica extranjera”.

Los límites que adquirió esta dependencia extranjera antes de la llegada de Evo fue a pequeña escala. En la Cancillería, donde la embajada norteamericana llegó a tener su propio espacio de trabajo, la oficina “Asuntos Especiales” establecía una dependencia de la embajada “desde la cual se suponía que se gobernaba el país”.

De este mismo modo operaba el Fondo Monetario Internacional (FMI), residente en las instalaciones del mismísimo Banco Central de Bolivia para manejar directamente la política económica. Hasta una agencia Central de Inteligencia (CIA) tenía oficinas, equipos y sistemas de comunicación en el Palacio de Gobierno, autorizada por el ministro de la Presidencia de Carlos Mesa (2003-2005), José Antonio Galindo.

La sumisión de los gobiernos de turno ante la intervención de las instituciones bolivianas era más rentable para ellos que una política soberana e independiente, una práctica muy común durante la era neoliberal (1985-2005).

El libro sostiene que, finalmente, en la década de los 90 se produjo un punto de quiebre en el dominio estadounidense al iniciar las luchas de liberación emprendidas por movimientos sociales, partidos de izquierda y fuerzas progresistas, quienes denunciaron los años de desigualdad, pobreza y exclusión social tras la intervención.

Los regímenes neoliberales se debilitaron y fueron derrotados de forma democrática desde finales de los 90 por una “oleada” de gobiernos progresistas de izquierda en América Latina, como el caso de Venezuela, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Ecuador, Nicaragua y Honduras.

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En Bolivia, la llegada de Evo Morales significó “un golpe traumático para la potencia dominante”, así como la pérdida de una tradicional colonia norteamericana situada en el centro de América del Sur.

Las ideas de cambio que traía Morales al país suponían una peligro para los intereses norteamericanos, quienes impulsaron un conjunto de operaciones políticas encubiertas  documentadas en los cables diplomáticos de la página WikiLeaks fundada por Julian Assange.

El ministro Juan Ramón Quintana y el vicepresidente Álvaro García Linera en la presentación del libro

La llegada de Evo y la ofensiva política norteamericana


Desde que Evo Morales asumió la Presidencia el país fue considerado un "eslabón del proyecto bolivariano" por lo que se convirtió en un “blanco estratégico” para la ofensiva política norteamericana.

Estados Unidos llevó a cabo todo tipo de acciones, desde políticas hasta militares, en alianza con fuerzas políticas opositoras del país contra el nuevo Gobierno, explica el texto.

Entre las ofensivas destacan el intento de hacer fracasar la Asamblea Constituyente (2006), así como el golpe cívico-prefectural (2008), la aventura separatista con la contratación de sicarios extranjeros (2009), la desestabilización mediante protestas de sectores indígena-urbanos (marcha del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure, TIPNIS, 2011, 2012) e, incluso, el golpe suave del 21 de febrero de 2016, que tuvo un efecto negativo en la realización del referendo para la repostulación del presidente Evo Morales.

Se configuraron cinco golpes de Estado “nítidos” en una década de Gobierno.

Estados Unidos se valió de sus agencias tales como la CIA, la Administración para el Control de Drogas (DEA), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y Food for Peace (PL-480); fundaciones de apoyo político como la Fundación Nacional para la Democracia (NED), así como de varios programas y proyectos.

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El libro revela cada una de las estrategias desestabilizadoras sustentadas en los cables diplomáticos enviados por la Embajada de Estados Unidos en Bolivia al Departamento de Estado.

Sobre la política boliviana fueron redactados y enviados a Washington por la jerarquía diplomática norteamericana un total de mil 299 cables diplomáticos, entre los años 2005 y el 2010.

Los cables de WikiLeaks


Se destaca el papel de los cables de WikiLeaks en el entendimiento de la política exterior de los Estados Unidos, y la cual “tiene muy poco que ver con su compromiso con los bienes comunes globales, la estabilidad o la paz mundial y mucho con la construcción de su propio poder imperial”.

Los cables son documentos diplomáticos filtrados por WikiLeaks, categorizados de acuerdo a su nivel de confidencialidad y son escritos por altos funcionarios diplomáticos de los Estados Unidos, en los que se explican sus prioridades políticas, de seguridad, sus estrategias, planes y acciones para mantener establecer o extender su hegemonía global y, de la cual, "Bolivia no fue la excepción".


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