La propuesta de aceptar la renuncia de Bouteflika y entregar el poder a Bensalah, como exige la Constitución, salió adelante con los votos del Frente de Liberación Nacional (FLN)
El pasado 2 de abril dimitió el presidente de Argelia Abdelaziz Bouteflika, luego de que gobernara desde 1999. La presidencia había anunciado el pasado lunes que Bouteflika renunciaría a la jefatura del Estado antes del 28 de abril, cuando expiraba su mandato. Con un estado de salud vulnerable, estuvo lidiando contra intensas protestas que se oponían a su quinto mandato. El Parlamento y el Senado argelinos sesionaron el 9 de abril y designaron al presidente interino del país.
Así pusieron en marcha de forma definitiva la transición, que dirigirá el presidente del Senado y nuevo jefe del Gobierno interino, Abdelkader Bensalah.
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La propuesta de aceptar la renuncia de Bouteflika y entregar el poder a Bensalah, como exige la Constitución, salió adelante con los votos del Frente de Liberación Nacional (FLN), que gobierna desde la independencia en 1962, y de la Reagrupación Nacional Democrática (RND).
A partir de ahora, y de acuerdo con la Constitución, el nuevo jefe de Estado interino tiene 90 días para convocar nuevas elecciones presidenciales, a las que él mismo no puede concurrir. Bensalah prometió unas elecciones transparentes y regulares que decidirán quién gobernará el país los próximos cinco años.
El presidente interino de Argelia, Abdelkader Bensalah, deberá convocar a nuevas elecciones, a las cuales no podrá aspirar https://t.co/5pUrHTojFu pic.twitter.com/tW0OBHbTHo
— teleSUR TV (@teleSURtv) April 9, 2019
Iniciada la transición, que se prevé compleja, tanto el Gobierno interino como el movimiento social de protesta se asoman a un momento crítico en el que tendrán que hacer frente a sus ambiciones y a su debilidades en una etapa crucial de la historia.