El presidente de Chile, Sebastián Piñera, informó este viernes que presentará un proyecto de ley para aumentar la gravedad de las penas y condenas por ataques a Carabineros, como se conoce en ese país a la policía del Estado.
Esto, luego de que en las redes sociales se difundiera un video en el que un agente de Fuerzas Especiales de Carabineros es agredido por un grupo de estudiantes de un conocido liceo público de secundaria, el Instituto Barros Arana.
"Quiero anunciar que vamos a enviar un proyecto de ley haciendo más graves las penas y las condenas contra aquellos que atenten contra la seguridad o la vida de nuestros carabineros”, aseguró el mandatario de Bruselas.
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El ministro del Interior, Andrés Chadwick, indicó que el objetivo de la medida será "hacer más severas las penas y responsabilidades para cualquier ciudadano que no solo agreda a Carabineros, sino que también no lo respete y no le dé cumplimiento a las autoridades y a las órdenes que emanan de nuestros policías".
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Piñera recalcó que el cambio legal responde a que los funcionarios de dicha institución "merecen una mejor protección", ya que según su opinión, "un policía mejor protegido y más respetado es capaz de proteger mejor nuestra seguridad y nuestras vidas".
El funcionario, de nombre Raúl Quintanilla, afirmó que buscará a los responsables del ataque y los llevara ante la justicia.
La otra cara de la moneda
Varios son los casos de estudiantes agredidos por Carabineros de Chile en abuso de su poder y ante la protección estatal con la que cuentan sus funcionarios.
Durante las masivas movilizaciones estudiantiles de 2011 en Chile, el estudiante secundario de 16 años, Manuel Gutiérrez, fue asesinado por un efectivo policial mientras observaba una protesta.
Asimismo, en 2013, Enrique Eichin, padre de una estudiante universitaria, que acompañaba a su hija en una marcha, recibió en el rostro un disparo de balín de pintura por parte de Carabineros, lo que lo llevó a perder su ojo derecho.
En 2015, el estudiante universitario Rodrigo Avilés, fue impactado directamente por el chorro de un carro lanza-aguas, que lo azotó contra un muro, partiéndole su cabeza. El joven se mantuvo en coma y riesgo vital durante casi dos meses, teniendo una recuperación que ameritó meses de tratamiento.
Además de esto, se suman las centenas de denuncias por abuso de poder, violencia excesiva y abuso sexual en procesos de detención y represión, tanto en movilizaciones estudiantiles como contra el pueblo mapuche.