El considerado amigo entrañable de la Revolución Cubana y su pueblo, Giustino Di Celmo, falleció el martes a la edad de 94 años en La Habana (capital), sin ver justicia para su hijo.
Di Celmo nació en Italia en 1920. Llegó a la isla caribeña en el año 1992, junto a su hijo Fabio Di Celmo, en pleno auge del bloqueo económico contra el país por parte de Estados Unidos (EE.UU.), y brindó ayuda en la obtención de mercancías deficitarias para los cubanos.
El ejemplo de solidaridad de Giustino será recordado en la mayor de las Antillas con cariño y admiración. Así como su lucha antifascista y pacífica en favor de los sectores más vulnerables.
Giustino no quería decir adiós a este mundo hasta que la justicia dejara descansar en paz a su hijo Fabio, quien el 04 de septiembre de 1997 fue víctima de ataque terrorista en el vestículo-bar del hotel Copacabana de La Habana, organizado por Luis Posada Carriles.Desde entonces es el símbolo de lucha para la juventud cubana.
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Tras el asesinato de Fabio, Di Celmo – veterano de la Segunda Guerra Mundial – , decidió quedarse en Cuba y dedicar los últimos años de su vida a denunciar actos terroristas contra la nación caribeña.
Ingresó al Partido Comunista de Cuba en 1997 y siempre abogó por la solidaridad internacional con Cuba y por el levantamiento del bloqueo “genocida impuesto por EE.UU.”.
Colaboró en la batalla para la liberación de Elián González cuando fue secuestrado por la mafia de Miami; y exigió el regreso de los cinco héroes cubanos, René González, Ramón Labañino, Fernando González, Antonio Guerrero, y Gerardo Hernández, que cumplieron injustas condenas en la nación norteamericana.
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A solicitud de la familia, el cadáver de Di Celmo será cremado, y luego repatriado a su país de origen.