Este 17 de agosto se cumplen 165 años de la muerte de José San Martín, un personaje considerado héroe libertario, líder del pueblo en armas y político revolucionario de América Latina por sus luchas para lograr la independencia americana.
En Argentina es reconocido como el “padre de la Patria” y en Perú también se recuerda como el “Fundador de la Libertad del Perú”. En Chile por su parte, el Ejército lo reconoce como Capitán General.
José Francisco de San Martín nació el 25 de febrero de 1778 en lo que era una región de la provincia de Corrientes en Argentina, anteriormente conocida como Yapeyú, una exmisión jesuítica situada a orillas del río Uruguay en la Gobernación de las Misiones Guaraníes del Virreinato del Río de la Plata.
Desde pequeño tenía talento para incursionar en el área militar y presentaba actitudes de mando. Sus diversiones favoritas iban con cantos de guerras, voces de mando y la tendencia a destacarse en la carrera de sus ascendientes.
Comenzó la carrera militar a los 11 años de edad, el 21 de julio de 1789, en clase cadete en el Regimiento Murcia.
Bajo el uniforme real combatió contra moros, ingleses, portugueses y franceses en el norte de África y luego la Guerra de la Independencia Española y tras estas batallas fue ascendido al grado de capitán.
Tras derrotar las tropas hispánicas en la península africana, se traslada a América junto a otros revolucionarios.
En 1812, sirvió para el gobierno patriota de Argentina y se dedicó al servicio de la emancipación en América, a fin de continuar la lucha por la democracia y soberanía popular.
Un año después logró su primera intervención en territorio americano, en el Combate de San Lorenzo. Luego, fue enfrentado por el gobierno de Buenos Aires y acosado por la oligarquía de Perú y el poderoso ejército colonialista. Regresa a Chile y después volvió a Argentina.
Construyó su propia gesta libertadora
José de San Martín conformó un nuevo ejército en base a la incorporación del pueblo (indios, negros, gauchos). Bajo la teoría de “el pueblo en armas” aplicó su actuación en tres frentes y con tres comandantes surgidos del pueblo: Martín de Güemes (norte del Río de la Plata); Manuel Rodríguez (Chile) y Francisco Vidal (Perú).
Cumplió un papel singular en la política tributaria y la liberación de los esclavos, ya que cuando estuvo en la gobernación de Cuyo, decretó la “economía de guerra”. Toda la provincia movilizó sus recursos en función de la empresa de liberación, constituyendo un modelo de cooperación entre trabajadores, combatientes y gobierno.
Entre sus luchas se encuentra la defensa de Perú y Chile en la producción nacional y fomentando el crédito y el mercado interno.
Su pensamiento
San Martín estuvo influenciado por las ideas de la revolución francesa y el liberalismo español. Es considerado un republicano por convicción porque propuso para la América anarquizada una monarquía de corte constitucional, condicionada por los diputados elegidos por el pueblo.
Planteó que “el mejor gobierno no es el más liberal en sus principios, sino aquel que hace la felicidad de los que obedecen”.
Siempre expuso una posición anticolonial en toda su gesta política y militar. La contradicción para San Martín es “Patria o Colonia”. San Martín entiende que todo colonialismo debe ser combatido.
Su relación con Simón Bolívar
San Martín y Simón Bolívar tuvieron una relación marcada por el afecto y la admiración. “Las oligarquías nativas, tanto argentinas como venezolanas, inventaron, para minimizar el potencial revolucionario de tan imponentes figuras, una disputa de poder y ambiciones”, señala el portal Ecured.
Historiadores aseguran que Bolívar siempre trató con gran respeto San Martín y este admiró a Bolívar como el gran hombre que culminaría la gesta americana.
Ambos libertadores mantuvieron un encuentro en Guayaquil (Ecuador) en donde acordaron terminar exitosamente la guerra anticolonialista.
La hija de San Martín pintó un retrato de Bolívar, el cual conservó hasta su muerte en su alcoba. La leyenda pintada en ese retrato era: “unidos seremos invencibles”.
LEA TAMBIÉN: