A tres días de silencio sobre el motín en la cárcel Anísio Jobim de Manaos, el mandatario interino de Brasil, Michel Temer, aseguró que no hay "responsabilidad clara" del hecho que dejó 56 muertos y la fuga de más de 150 internos.
"La cárcel de Manaos estaba tercerizada y no hubo una responsabilidad muy clara, objetiva, definida de los agentes estatales", dijo en la apertura de una reunión gubernamental sobre seguridad institucional.
Temer explicó que la cárcel Anísio Jobim de Manaos, donde ocurrió la matanza, estaba administrada por una empresa privada, sin embargo, precisó que son los estados los encargados de gestionar las cárceles.
Finalmente, se solidarizó por primera vez con los familiares de las víctimas del motín, que consideró un "accidente pavoroso" y "terrible".
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