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Pedro Pablo Kuczynski, candidato presidencial peruano por el Partido Peruanos por el Kambio (PPK), busca redoblar su número de seguidores y votantes pobres de cara a las elecciones que se realizarán este domingo 10 de abril.
A pesar de que el candidato no está involucrado directamente por casos de corrupción, la cercanía con los mercados financieros y su cargo como es exfuncionario del Banco Mundial y exministro de Economía y de Energía y Minas, lo perjudica para conquistar los 7 millones de pobres, casi la cuarta parte de la población peruana.
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"Estoy pensado votar por él, pero qué nos garantiza que vaya a gobernar para los pobres", se preguntó Adriana Quispe, de origen andino en un barrio pobre de Lima, donde llegó Kuczynski la semana pasada para prometer mejoras a la educación pública.
Kuczynski asegura que está preparado para volver a inyectarle vigor a la economía, aplicando estrategias para bajar el porcentaje de impuestos, permitir un mayor déficit fiscal, emitir deuda para financiar el gasto público y relanzar las licitaciones para sacar nuevos proyectos de infraestructura.
"Si yo llego a ser presidente no descansaré un minuto hasta que cada peruano tenga salud, educación y seguridad aunque sea lo último que haga en mi vida", dijo Kuczynski al cierre de su participación en un debate televisado el domingo.
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Aún así, el candidato no ha hecho propuestas concretas para favorecer a los pobres directamente.
Mendoza a favor de los pobres
La candidata por el partido Frente Amplio, Verónika Mendoza, está detrás de Kuczynski en las encuestas, con apenas un mínimo porcentaje de diferencia y con una propuesta de Gobierno distinta, que promete cambiar la Constitución para debilitar a la élite empresarial, crear un fondo de 10 mil millones de soles en créditos para microempresarios, elevar el sueldo mínimo a mil soles (mientras que PPK lo elevaría a 850 soles) y garantizar los derechos laborales, acciones que favorecerán directamente a los pobres y que difiere de la política de Kuczynski.
El dato:
El candidato del PPK se mostró a favor de firmar una ley que le permita al encarcelado exmandatario, Alberto Fujimori, cumplir bajo arresto domiciliario lo que le resta de su condena de 25 años de prisión, acción que ha generado rechazo en los peruanos.
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