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La guerra sucia que adelantan las grandes potencias en Siria no es sólo por hidrocarburos sino que es una lucha para rediseñar mapas geopolíticos y establecer un nuevo orden mundial, señaló el embajador de Siria en Venezuela, Ghassan Abbas.
Durante el foro Geopolítica del Medio Oriente, Escenarios y Amenazas, efectuado ayer (jueves) en Caracas, el diplomático explicó que cada imperio quiere imponer sus intereses en el mundo árabe y para ello apuestan por dividir el mapa actual en pedazos.
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“La solución es resistir al destino que quieren imponer las grandes potencias como Estados Unidos”, dijo.
En este conflicto la parte que más ganaría es Israel, quien quiere aumentar su espacio y hace alianzas con grupos terroristas. A lo que se suma la actuación de Turquía apegada a los intereses de la OTAN y con pactos con los grupos extremistas, agregó el embajador.
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Además, advirtió que la hegemonía de Estados Unidos que se impuso a partir de la segunda guerra en Kuwait cayó desde la invasión en Irak. “EEUU no quiere reconocer que está perdiendo el terreno” ante actores regionales como Irán y de carácter mundial como Rusia, país al que quieren debilitar porque gran parte del conflicto es por el gas.
Esa ambición de tomar control de los países árabes quedó en evidencia después de la ocupación en Irak y, desde entonces, con el pretexto de hacer democracia el imperio estadounidense llevó a los pueblos árabes a ser testigos de la violencia, explicó.
Para acentuar la crisis, las potencias introdujeron en Siria más de 800 grupos de mercenarios, de más de 80 países, situación que fue silenciada por los medios de comunicación a través de la guerra mediática, denunció el embajador.
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Asimismo, recordó que previamente, así como ha ocurrido en Venezuela, Estados Unidos declaró a Siria una amenaza y en 2012 anunció la operación libertad para ese país.
“Nosotros confiamos en nuestra causa y vamos a luchar”, destacó el diplomático.
La victoria es cuestión de tiempo
Por su parte el diputado de la Bancada de la Resistencia por Hezbollá, Dr. Ali Fayad, consideró que la situación en los últimos meses ha cambiado y ahora la voz de mando la tiene el Ejército sirio con la toma de las regiones estratégicas de Alepo y el avance en otras zonas.
"Hemos pasado la línea de peligro y la victoria es una cuestión de tiempo", señaló.
Indicó que Hezbollá sí lucha en Siria contra estos grupos terroristas y "van a seguir luchando contra ellos en defensa de nuestras fronteras" y porque Siria es el vínculo de enlace en el mundo árabe.
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Frente a este conflicto acotó que las resistencias y los pueblos van a triunfar y la victoria será la construcción de un nuevo mundo árabe donde Hezbollá tendrá una gran participación.
Rechazó la postura hipócrita de occidente con respecto al conflicto y precisó que la guerra contra el gobierno sirio es porque es el único que se ha enfrentado a Israel y es el único estado que le ha declarado su apoyo a Irán.
El proyecto permanente de Israel es dividir y triturar y la situación actual le sirve a sus proyectos, señaló el diputado.
En contexto:
Desde marzo de 2011, Siria vive un conflicto armado, en el que han muerto más de 250 mil personas, según la Organización de Naciones Unidas (ONU).
En febrero de este año, los militares del Frente de los Revolucionarios de Siria, apoyado por Estados Unidos (EE.UU.) e integrado en el autodenominado Ejército Sirio Libre (ELS) abandonaron en masa la ciudad de Alepo, a causa de la ofensiva que desarrolla el Ejército gubernamental en el lugar, para recuperar la paz de los ciudadanos.
Rusia, por solicitud del presidente sirio, lleva adelante una ofensiva antiterrorista en Siria con la finalidad de combatir a los grupos mercenarios, responsables de miles de desplazados externa e internamente.
Los ataques de Rusia son de manera selectiva, con aparatos dirigibles y no causan daños en la población civil, según ha informado el Ministerio de Defensa ruso en reiteradas ocasiones.
En más de un año, según expertos, no son tangibles los resultados de la operación de la coalición internacional dirigida por Estados Unidos en suelo sirio.
