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Organizaciones de derechos humanos del país se oponen a la utilización de este tipo de armas porque su accionar puede llevar a la tortura.
La Corte Suprema de Justicia de Argentina confirmó este miércoles que la policía de la ciudad de Buenos Aires puede usar pistolas eléctricas (Taser). La decisión de la máxima corte deja sin validez el fallo de un tribunal que había rechazado el uso de estas armas.
Los tres magistrados de la Corte Suprema consideraron insostenible el argumento de que las armas pudieran ser utilizadas en una acción inconstitucional, aseguraron fuentes consultadas por el medio ruso Sputnik.
Con la decisión, el máximo tribunal del país desestimó el recurso de queja contra un fallo del Superior Tribunal de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, que había rechazado a su vez un recurso contra el Gobierno de la capital argentina para que se impidiera el uso de las pistolas eléctricas por los agentes policiales bonarenses.
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En 2010, el Gobierno de Argentina presidido por el actual mandatario Mauricio Macri emitió dos actos administrativos para la compra de pistolas Taser X26 como parte de la dotación de armas que tendría la recién creada Policía Metropolitana.
Ante la posible adquisición del armamento, la Defensoría General y organizaciones del Observatorio de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires (ODH) reaccionaron con un amparo contra la decisión de Macri, y solicitaron a la justicia prohibir el uso de las pistolas eléctricas.
Para abril de 2015, el Superior Tribunal de Justicia de Buenos Aires rechazó el amparo al señalar que no se había comprobado que las armas pudieran constituir un daño y porque no se había definido un protocolo para el manejo de esa clase de armamento. Pese la decisión favorable, la administración de la ciudad se había rehusado a la utilización de las pistolas taser.
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El Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura se opone al uso de las pistolas eléctricas al argumentar que su uso puede constituir una forma de tortura, debido a que ocasionan un dolor extremo y, en algunos casos, pueden provocar la muerte.
Alrededor de 70 personas han muerto en Estados Unidos y Canadá desde 2001 tras haber recibido la descarga eléctrica de estas pistolas. Hay más de 40 países que equipan a sus fuerzas de seguridad con estas armas, entre ellos Alemania, Australia, Canadá, Emiratos Árabes Unidos, España, Francia, Israel, Malasia, México, Reino Unido y Turquía.
