Abogados de los indocumentados que están en Estados Unidos (EE.UU.) a la espera de una reforma migratoria que pueda regularizar su situación, denunciaron que el plan del presidente norteamericano, Barack Obama, cubrirá menos de los 4,7 millones de inmigrantes amenazados de ser deportados.
Los altos costos de postulación, la gran cantidad de documentos necesarios y un extenso período de espera para la aprobación, son algunos de los obstáculos a los que se enfrentan los migrantes.
Una acción ejecutiva en 2012 redujo severamente la participación de los inmigrantes, ya que la medida solo aplicaba a los que llegaron a EE.UU. llevados por sus padres cuando eran niños. Se espera que el proceso sea aún más difícil en esta oportunidad, indicaron los abogados.
Se espera que la nueva orden incluya requisitos similares y podrían ser peores en esta oportunidad debido a que la mayor cantidad de participantes que pueden optar al programa posiblemente creará mayores retrasos y desincentivar a un mayor porcentaje de gente.
La orden de Obama, como todas las medidas ejecutivas, no entrega financiamiento adicional que podría servir para contratar más personal para procesar las solicitudes, lo que podría prolongar los tiempos de espera.
La reforma migratoria se mantiene estancada en el Congreso estadounidense gracias a que la mayoría republicana en la Cámara de Representantes se ha negado a debatir el proyecto aprobado por el Senado de mayoría demócrata, el cual contempla la posibilidad de que los inmigrantes sin autorización opten a la naturalización.
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