Un alto el fuego pactado entre el Gobierno de Yemen y el movimiento rebelde de los hutíes entró en vigor las 23H59 hora local (20H59 GMT), cuyo objetivo es permitir el suministro de ayuda humanitaria a la población.
La guerra en ese país inició en marzo de 2015 con la intervención liderada por Riad (capital de Arabia Saudita). Hasta la fecha ha dejado cerca de 7 mil personas muertas y tres millones de desplazados, según datos de la ONU.
Pese a la activación del sexto alto al fuego, los combates y ataques aéreos no han cesado en el país y decenas de personas han muerto, sobre todo en el norte, cerca de la frontera con Arabia Saudí.
Un comunicado de las fuerzas progubernamentales dio cuenta de un balance parcial de 30 rebeldes muertos, así como cinco miembros de las tropas leales al gobierno.
En contexto
Pese a que Arabia Saudita anuncia constantemente el cese de las operaciones aéreas y los hutíes buscan un diálogo político bajo los parámetros de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la coalición árabe continúa los ataques aéreos contra Yemen.
La ofensiva en Yemen, liderada por Arabia Saudita y secundada por los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Catar, Bahrein, Egipto, Jordania, Sudán, Pakistán y Marruecos, cuenta con el apoyo político, militar y financiero de Estados Unidos (EE.UU.) bajo el argumento de defender al expresidente Mansour Hadi y combatir posiciones del grupo chíi de los hutíes y de la Guardia Republicana.