En Hungría la policía local disparó gases lacrimógenos contra un centro de tramitación para migrantes en Roszke, localidad fronteriza con Serbia, para impedir la salida de unas 200 personas.
El hecho se registró este miércoles, luego de que presuntamente los inmigrantes se negaran a que les tomaran las huellas dactilares según declaró el portavoz policial Szabolcs Szenti.
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La policía en su intento por “calmar” a los migrantes hizo uso de gases lacrimógenos, luego del hecho la situación habría vuelto a la calma.
El Gobierno húngaro decidió envió a los migrantes que huyen del conflicto armado a la frontera con Serbia.
Hasta la fecha esa frontera han recibido dos mil 500 personas, en su mayoría de Siria, Afganistán y Pakistán, países que han sido intervenidos militarmente por las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
De ese número uno 555 son niños, según informó la policía de Hungría.
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