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El presidente francés, François Hollande, manifestó durante un discurso este jueves el indicio más claro de pretender la reelección en las elecciones de 2017, así lo aseguró a pesar de su decreciente popularidad.
"No dejaré que la imagen de Francia, el poder de Francia, la influencia de Francia sea alterado durante los próximos meses o los próximos años", aseguró.
"No permitiré que Francia sea hundida, reducida, sus libertades puestas en causa, su Estado de Derecho contestado, su educación reducida y su cultura amputada" porque "es la lucha de una vida", ha asegurado, prometiendo que no se desviará "del objetivo que me ha animado durante el quinquenato" e insistiendo en la necesidad de la concertación y la "cohesión nacional".
Hollande aprovechó la ocasión para enviar mensajes a sus eventuales rivales, principalmente a los conservadores. A los precandidatos del centro-derecha para las primarias de finales de noviembre, entre ellos el expresidente Nicolas Sarkozy, a quienes les ha reprochado pensar que "las elecciones, son las primarias, y el resto ya no tiene importancia, que los franceses vendrán a firmar al final de la página".
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Menguante apoyo
Un sondeo realizado entre el 6 y 7 de septiembre arrojó que nueve de cada 10 franceses (el 88 por ciento de la población) rechazan que el presidente francés, Francois Hollande, se presente a la reelección para un segundo mandato.
De acuerdo con la encuesta realizada por el Instituto Elabe, la cifra de franceses que rechaza una nueva candidatura de Hollande aumentó en 4.0 por ciento en el último mes y solamente 12 por ciento apoya que busque la reelección.
El 72 por ciento de los votantes de izquierda, la ideología de Hollande, se opone a una nueva candidatura del presidente, mientras que en las filas de la derecha el rechazo es del 93 por ciento y de 94 por ciento en el caso de los votantes de la ultraderecha.
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