El Gobierno francés anunció este miércoles un plan para enfrentar la crisis de migratoria en el Mediterráneo que incluye intensificar las expulsiones y crear 11.000 plazas de acogida dirigidas, sobre todo, a demandantes de asilo y a quienes ya han obtenido el estatuto de refugiado.
El titular de Interior, Bernard Cazeneuve, presentó al término del Consejo de Ministro, que este plan busca "hacer fluidos los dispositivos de acogida de los demandantes de asilo y protegerlos mejor' y, por otra, 'llevar a cabo una lucha resuelta contra la inmigración irregular'.
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De acuerdo con un comunicado del Ejecutivo, este segundo punto se traducirá en “intensificar los controles” en el territorio francés o en “mejorar la calidad de los procedimientos” de expulsión.
Además se aumentará el esfuerzo para desinstalar redes de inmigración irregular, promover vías para que los inmigrantes vuelvan a sus países de origen y mantener “una cooperación activa” con esos países.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, hasta el 8 de junio último 103 mil migrantes y refugiados arribaron a Europa, gran parte de ellos a Italia y Grecia.
Aunque el bloque comunitario activó medidas y desembolsó algunos recursos para lidiar con el problema, expertos consideran que se ha centrado demasiado en el asunto de la seguridad y el combate a los contrabandistas, pero no se han dado respuestas reales centradas en el ser humano.