La Fuerza Aérea de Francia bombardeó este lunes la ciudad de Raqqa, al norte de Siria, por tercera vez en los últimos dos días, tras el ataque ocurrido el pasado viernes en París (capital), donde murieron 132 personas.
Comentarios de funcionarios estadounidenses a la cadena de noticias NBC News precisan que bombarderos galos, apoyados por aviones de la coalición occidental han lanzado nuevos ataques aéreos en Raqqa, ciudad identificada como base principal del autodenominado Estado Islámico (EI).
Hasta ahora no se han ofrecido más detalles sobre el número de aviones que participan en el ataque o cuáles son los blancos del EI.
Por su parte, el representante permanente de Siria ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Bashar al-Jaafari, pidió poner fin a la injerencia extranjera en su país.
Durante una sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU reiteró que la intervención occidental en su nación “es un crimen contra el pueblo, cuando lo que hacemos es luchar contra grupos terroristas y defender a los inocentes”.
Cuestionó la política de potencias extranjeras de calificar el terrorismo como “permitido” y “no permitido”; además de denunciar que el Estado Islámico es una organización financiada por 40 Estados.
Envió un mensaje de solidaridad al pueblo francés y a los familiares de las víctimas del atentado ocurrido el pasado viernes en París.
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