La delegación de Etiopía asume este viernes la presidencia rotatoria del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), en medio de gestiones para poner fin a graves conflictos que generan preocupación global.
Bajo la dirección del embajador Tekeda Alemu, el órgano de 15 miembros se reunirá a puertas cerradas para definir el programa de trabajo durante septiembre.
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Al concluir el encuentro, Alemu compartirá la agenda con el resto de los países integrantes de la ONU y con la prensa.
De esta manera, se espera que el programa incluya discusiones sobre conflictos violentos y con un devastador impacto humanitario, como los de Siria, Yemen y Sudán del Sur, así como el análisis de misiones de paz de la organización y la celebración de debates abiertos sobre las amenazas a la seguridad internacional.
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Este mes, el Consejo debe dar seguimiento a los esfuerzos para garantizar el éxito de la octava ronda de las negociaciones en Ginebra dirigidas a detener el conflicto sirio, previstas para el mes próximo.
La presidencia mensual de Etiopía sucede a la ejercida por Egipto en agosto, un hecho poco usual, al tratarse de dos gestiones consecutivas de países africanos.