El Rey Felipe VI decidió no abrir una nueva ronda de contactos con los partidos políticos españoles hasta que lleguen a una negociación, así lo informó este lunes tras el fracaso de la investitudra del presidente de Gobierno en funciones, Mariano Rajoy.
Apeló por el diálogo, la concertación y el compromiso entre los partidos. La decisión tiene como finalidad "que las formaciones políticas puedan llevar a cabo las actuaciones que consideren convenientes a los efectos de lo previsto en el artículo 99 de la Constitución", según destaca el comunicado de la Casa Real.
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La medida fue tomada tras reunirse con la presidenta del Congreso, Ana Pastor, con quien abordó la situación política tras el rechazo de la Cámara baja por el líder conservador.
"En un régimen constitucional como el nuestro, las Cortes Generales (Parlamento) son la sede donde, tras el debate y el diálogo entre las fuerzas políticas, se deben abordar y decidir los asuntos esenciales de la vida nacional", añade el comunicado.
En el comunicado, la Casa Real recordó que de transcurrir dos meses -a partir de la primera votación de investidura- ningún candidato obtiene la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del Presidente del Congreso.
Por ello, el rey Felipe envió un mensaje a los partidos políticos: "la pluralidad política, expresada en las urnas, conlleva una forma de ejercer la política basada en el diálogo, la concertación y el compromiso, con la finalidad de tomar las mejores decisiones que resuelvan los problemas de los ciudadanos".
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El 31 de octubre es la fecha límite de los partidos para evitar unos terceros comicios. Si para entonces, el Congreso español no ha logrado investir un candidato, Felipe VI volverá a firmar el decreto de convocatoria de nuevas elecciones que tendrían lugar en Navidad.