Un poco más de una hora fue lo que duró el discurso del presidente en funciones de España, Mariano Rajoy, en el seno de la Cámara de Diputados para solicitar el apoyo de los legisladores en el inicio del proceso de investidura.
Al principio de su alocución, Mariano Rajoy expresó en tres ejes las razones que lo llevaron a solicitar la confianza de los diputados: España necesita un Gobierno eficaz, así lo han dispuesto los españoles y su alternativa es la única que parece evidente.
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Más que solicitar el apoyo a los diputados de las demás facciones políticas y fomentar el dialogo, Rajoy acusó y culpó a los partidos políticos de la actual crisis política en España y de prolongar el estancamiento y la incertidumbre en el pueblo español.
Esta declaración contrasta con los escándalos en los que aparecen vinculados varios dirigentes políticos de su tolda.
Rajoy celebró los supuestos éxitos económicos de su gestión, esgrimiendo datos del crecimiento económico, creación de empleos, subsidios y anunció que, de contar con el favor de los diputados, continuará con el programa que ha llevado a España a una profunda crisis social.
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El presidente en funciones argumentó que en su futuro Gobierno defendería la integridad territorial de España, haciendo referencia a las aspiraciones independentista de Cataluña y el País Vasco, dejando claro que no atenderá a las demandas secesionistas.
Mariano Rajoy se tomó un momento para hablar sobre una reforma constitucional y una regeneración política, el líder del Partido Popular indicó que para un cambio constitucional que modifique los estatutos políticos, sociales y económicos que han regido en España, deben pasar por una discusión parlamentaria y el apoyo de todos los diputados.
El discurso de Mariano Rajoy asomó el continuismo de una política social y económica alejada del pueblo y en beneficio de las élites económicas y políticas del país.