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El Gobierno chino respaldó los "esfuerzos" del Gobierno filipino en su lucha contra las drogas, el terrorismo y el crimen, que contabilizan más de 3.700 fallecidos.
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, le dijo "adiós a los Estados Unidos" para luego reunirse con su homólogo chino, Xi Jinping, con quien busca reforzar las relaciones en su afán por ampliar sus relaciones exteriores.
"No iré más a Estados Unidos. Nos insultaron allá", aseguró Duterte en presencia de cientos de filipinos. "Es tiempo de decir adiós mi amigo", añadió.
Posteriormente Duterte se reunió con Xi en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín, donde acordaron varios puntos, entre ellos retomar el diálogo sobre sus tensiones en el mar de China Meridional, principal escollo de las relaciones bilaterales en los pasados años.
Ambos líderes presidieron la firma de trece acuerdos de cooperación bilateral, entre ellos uno entre la División de Narcóticos de China y el Buró de Seguridad de China con la Agencia Antinarcóticos de Filipinas (PDEA, en su sigla en inglés).
Durante el encuentro Xi aseguró que China "está lista para lanzar la cooperación con Filipinas bajo la iniciativa de las nuevas rutas de la seda".
Xi también le dijo a Duterte que China apoya los "esfuerzos" del Gobierno filipino en su lucha contra las drogas, el terrorismo y el crimen, que han causado más de 3.700 muertos en cuatro meses y suscitado críticas de la comunidad internacional.
En contexto
Desde 1946, cuando Filipinas dejó de ser una colonia de Estados Unidos y se independizó, ambas naciones mantienen una estrecha relación.
Sin embargo, desde que Duterte insultara al presidente estadounidense, Barack Obama, el vínculo es menos cercano e irrestricto.