A pesar de que en la Franja de Gaza se mantiene la calma desde el acuerdo de cese el fuego por negociadores palestinos y de Israel, los niños se muestran con cierto nerviosismo al ir a la escuela. Los profesores ven con dificultad enseñar la convivencia en los centros de aprendizaje tras 50 días de ataques isralíes en el enclave costero.
Alumnos árabes y judíos que vuelven a las aulas siguen con miedo y distancia por la última arremetida israelí que dejó más de dos mil palestinos muertos. En ciudades como Jerusalén y Cisjordania (capital palestina) persiste la inseguridad de los padres para enviar a sus hijos al colegio, jugar tampoco está garantizado.
Tras el asesinato del adolescente palestino Muhamad Abu Jedeir a principios de julio por grupos armados judíos, los árabes temen que en los niños se inserte el rencor y su convivencia se vuelva hostil.
A principios de septiembre, más de 80 niños y 16 adolescentes volvieron a la escuela y practicaron actividades recreativas y deporte en los alrededores. Vieron con regocijo volver a patear un balón y jugar al aire libre, luego de permanecer encerrados para no ser víctimas de la masacre israelí que dejó 2 mil 140 muertos y más de 10 mil heridos.
En el colegio "Yad ve Yad" (Mano a Mano) de Jerusalén, los servicios municipales de limpieza borraron grafitis con mensajes judíos como "muerte a los árabes", y lo reemplazaron por una pancarta que da la bienvenida a los alumnos.