Brasil adoptó el año pasado un programa para conceder visas humanitarias especiales para los afectados por el conflicto en Siria. Armin Nachawaty es uno de los tantos sirios que ahora vive en Río de Janeiro. Trabaja vendiendo libros en una parroquia católica.
Debido a las difíciles condiciones de vida tanto en Siria, afectada por la agresión militar en su contra, como durante el exilio en Líbano, Nachawaty y su familia optaron por emigrar a Brasil. La embajada autorizó el traslado y los recibió como refugiados. Seis meses después viajaron sus padres y hermano menor. Esta familia forma parte de los más de mil 500 refugiados sirios que ahora viven en Brasil. La mayor parte de ellos obtuvieron el estatus este año.
El representante en Brasil del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) dijo que ese país acoge a la mayor parte de los sirios en América Latina y reconoce rápidamente como refugiado a quien se identifique como ciudadano sirio y solicite ese estatus.
El secretario brasileño de Justicia, Paulo Abrão, señaló que “Brasil adoptó una posición receptiva con relación a los sirios y también a libaneses afectados por la crisis de Medio Oriente”.
Uruguay solidario
El pasado mes de octubre Uruguay recibió a 42 refugiados sirios en el marco de un programa promovido por el Gobierno. La mayoría son niños y adolescentes, principal requisito para la selección.
Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) celebró las medidas adoptadas por Brasil y Uruguay al brindar ayuda humanitaria.