Para el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, es un horror lo que sucedió en Palmira, Siria, donde los miembros del autodenominado Estado Islámico (EI) explotaron con dinamitas un célebre templo, una semana después de la decapitación del director de Antigüedades y Museos del país.
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Miembros del Estado Islámico, que tiene control de Palmira (este de Siria) desde mayo, dinamitaron el templo de Baalshamin y destruyeron la mayor parte del edificio, que comenzó a construirse en el año 17 y fue embellecido en el 130 por el emperador romano.en el año 130, estaba inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
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La destrucción de sitios inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO es considerado un crimen de guerra. Ban Ki-moon
El representante de la ONU manifestó a través de un comunicado que "estos ataques de terror bárbaros se suman a una larga lista de crímenes cometidos desde hace cuatro años en Siria contra sus habitantes y su patrimonio".
Mazen, un habitante de la ciudad de Palmira, pidió ayuda a las organizaciones competentes, pues asegura que la situación se ha vuelto insostenible.
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