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Aún en españa persisten asociaciones y fundaciones partidarias del franquismo, e incluso calles bautizadas con los nombres de oficiales de Franco.

Aún en españa persisten asociaciones y fundaciones partidarias del franquismo, e incluso calles bautizadas con los nombres de oficiales de Franco. | Foto: Cooperativa.cl

Publicado 20 noviembre 2019



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Centenares de españoles celebran el 44 aniversario de la muerte de Franco

A 44 años del fin de la dictadura de Francisco Franco en España, que se instaurara en 1939, al término de la Guerra Civil española (1936 - 1939) y no cesara hasta la muerte del dictador en 1975, el país ibérico aún no ha podido desterrar totalmente los vestigios franquistas.

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Como cada 20 de noviembre los seguidores del dictador español Francisco Franco visitaron este miércoles el complejo monumental del Valle de los Caídos para conmemorar el aniversario de la muerte del caudillo.

A diferencia de lo sucedido en Alemania con el nazismo, e Italia con el fascismo, por solo poner dos ejemplos, una estela de impunidad cubre a aquellos que tuvieron que ver con esta etapa gris de la historia contemporánea de la nación ibérica.

 

Aún al día de hoy en España no se ha abordado oficialmente la cuestión de los casi 140.000 desaparecidos, enterrados en cunetas y fosas comunes.

Se ha incumplido sistemáticamente  la Ley de memoria histórica de 2007, desdeñando a víctimas y familiares; y, además, para nadie es un secreto la impunidad de la que gozan quienes cometieron crímenes de guerra y lesa humanidad, aquellos que sirvieron de verdugos de la dictadura.

Por otro lado, en la nación ibérica todavía puede encontrarse calles que llevan los nombres de responsables de crímenes de guerra, lo cual viola la Ley de memoria histórica.

Asimismo, se ha permitido la existencia de fundaciones y asociaciones pro Franco, como la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF),  que está registrada legalmente y cuenta con beneficios fiscales para sus socios.

Un gran obstáculo para sacar de la impunidad a los partidarios y protagonistas del franquismo, es la Ley de Amnistía de 1977, la cual impide que se inicie, y aún menos avance y prospere, investigación alguna de los crímenes franquistas.

Es un veto a cualquier petición de justicia y reparación a las víctimas de la dictadura, descendientes y familiares.

Esta Ley, además, viola la legislación internacional sobre derechos humanos, cuyos tratados ha firmado y ratificado España y por tanto la obligan. El argumento para esta postura política es que "hay que olvidar y no reabrir heridas".

La prevalencia del franquismo ha llegado a tal punto, que el magistrado español Baltasar Garzón fue acusado por prevaricación por investigar crímenes de la dictadura, en 2012, y condenado por el Tribunal Supremo a once años de  inhabilitación.

Esta decisión arbitraria encontró respuesta en la organización Human Rights Watch, la cual denunció que "las autoridades españolas deben derogar la Ley de Amnistía de 1977, como ha propuesto la ONU, en vez de investigar a un magistrado que intentaba que se rindieran cuentas por los crímenes del pasado".

 

Los crímenes de guerra, de lesa humanidad y tortura nunca prescriben, de acuerdo con lo que plantea el derecho internacional, de modo que juzgar, ochenta años después, las atrocidades del franquismo, no es ilegal ni desatinado.

Si vamos al fin de la dictadura, vemos que este es un problema que viene desde el mismo surgimiento de la democracia en España, pues, para empezar, la transición supuestamente "modélica" de la dictadura a la democracia no fue tan revolucionaria como se quiso dar a entender.

El presidente del  gobierno luego de la salida de Franco no fue elegido por partidos ni ciudadanía alguna, sino designado por el propio dictador, lo cual es realmente significativo y esclarecedor.

0Una muestra de la estela de impunidad del franquismo en España tiene que ver precisamente con los restos del dictador, que el actual presidente español, Pedro Sánchez, aún no logra sacar del Mausoleo en el Valle de los Caídos, donde se encuentran.

Su intención se ha visto frustrada tanto por la actuación de la familia de Franco, como por trabas impuestas desde la política, la Iglesia, e incluso algunos medios de comunicación muy beligerantes al respecto.

Para rematar esta situación, esa pervivencia del franquismo se puso en evidencia con una decisión judicial que suspendió el traslado de sus restos mortales argumentando que incumplía normas urbanísticas, aunque ese obstáculo fue desmontado por la propia Comunidad de Madrid, y los restos fueron exhumados en septiembre pasado.

Por otro lado, en España aún se dan actos de exaltación del régimen franquista, generalmente bajo la batuta de partidos y asociaciones de ultraderecha, como ocurrió a finales de 2018 y durante el 2019 -tal fue el caso del acto del 18 de julio pasado en Santander-.

En ellos se usa simbología propia de la dictadura, agitación en plena vía pública, todo ello sin que proceda ningún recurso legal, como sí sucede en Alemania con cuanto se relacione al nazismo.


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