El papa Francisco visitó este lunes la mezquita central de Bangui en la República Centroafromericana para recordar a cristianos y musulmanes que son hermanos y que deben detener la violencia que ha costada la vida de miles de personas.
Francisco cierra de este modo su visita a África donde hizo un esfuerzo por reconciliar zonas divididas por la religión y asolado por tres años de violencia.
Recordó que como hermanos tienen que "permanecer unidos para que cese toda acción que, venga de donde venga, desfigura el rostro de Dios y, en el fondo, tiene como objetivo la defensa a ultranza de intereses particulares en perjuicio del bien común".
Sostendrá un encuentro con líderes musulmanes, uno de los actos más simbólicos del viaje del papa, que él mismo destacó: "Mi visita pastoral a la República Centroafricana no estaría completa sin este encuentro con la comunidad musulmana".
El sumo pontífice abogó por la reparación de daños entre comunidades cristianas y musulmanas en Kenia y Uganada, países en los que llegó pidiendo paz.
"Juntos digamos 'no' al odio, a la venganza, a la violencia, en particular a la que se comete en nombre de una religión o de Dios. Dios es paz, salam", afirmó el pontífice tras mantener un encuentro con la comunidad musulmana en la mezquita.
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El centro de oración sagrado para los musulmanes se encuentra en el PK5 de la capital Bangui, una de las zonas más peligrosas de la ciudad, donde al menos 100 personas han muerto desde fines de septiembre, dicen organismos de derechos humanos.
PK5, donde la mayoría de los musulmanes que no han huido de la ciudad han buscado refugio, ha estado en la práctica separado de la capital desde hace dos meses.
Es una zona de 300 metros donde milicias cristianas bloquean las líneas de suministros e impiden que los musulmanes salgan. "Vivimos en una prisión al aire libre", dijo a comienzos de la semana Ahmadou Tidjane Moussa Naibi, el imán de la mezquita que Francisco visitará.
La conversación con líderes musulmanes es lo más simbólico del viaje del papa y significativo para él como peregrino: "Mi visita pastoral a la República Centroafricana no estaría completa sin este encuentro con la comunidad musulmana", expresó antes de partir a Bangui.
Su viaje a este país, la etapa más peligrosa de su gira africana, ha levantado mucha expectación y se espera que permita rebajar la tensión a fin de celebrar las elecciones previstas para el próximo 27 de diciembre, que tuvieron que ser aplazadas en octubre debido a una nueva ola de violencia.
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"Confiamos en que las próximas consultas nacionales den al país unos representantes que sepan unir a los centroafricanos, convirtiéndose en símbolos de la unidad de la nación, más que en representantes de una facción", aseveró el Papa.