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Ecuador sigue adelante con su política económica y social

Ecuador sigue adelante con su política económica y social

Publicado 22 noviembre 2016



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Durante los últimos 10 años, Ecuador ha disfrutado de un crecimiento positivo del PIB, en promedio el crecimiento anual fue de 3,86% anual,  siendo el mejor año el 2011 donde el crecimiento alcanzó el 7,9%, mientras que el peor año fue el 2015 con un crecimiento de tan solo el 0,3%.

Tras años de crecimiento acelerado el Producto Interno Bruto (PIB), Ecuador cerró el año 2015 con un leve aumento de 0,3% de su PIB. Esta situación de mayor vulnerabilidad económica la están sufriendo la mayor parte de los países de América Latina exportadores de materias primas y que comparten la característica estructural de contar con el problema de la restricción externa. Es evidente que entre las causas prevalecen dos variables externas, por un lado la caída del precio del petróleo, y por otro, la fuerte apreciación del dólar. A lo largo del presente Informe queremos poner de manifiesto cuál es el estado actual de la economía ecuatoriana a partir del análisis de algunas de las principales macro magnitudes económicas que nos ayudarán a comprender cuál puede ser el devenir de la economía para lo que resta de 2016 y los primeros meses de 2017.

1. Contexto regional e internacional

El año 2015 terminó para América Latina y el Caribe con un decrecimiento del PIB del 0,5% en función de los datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Las previsiones de la Comisión para el año 2016 empeora la situación económica regional, reflejando un decrecimiento del 0,8%. Esta dinámica negativa se agrava aún más si nos fijamos en la región Sudamericana, donde el cierre oficial de 2015 fijaba el decrecimiento del PIB en el 1,7% y para el año 2016 proyecta una tasa negativa del 2,1%. 

La principal causa de este deterioro, aunque no la única, ha sido la caída de los precios internacionales de las materias primas, teniendo la caída del precio del petróleo un efecto abultado en algunas de las economías que más dependen de las exportaciones de este factor. Así es el caso de la economía ecuatoriana, que ha visto reflejado en sus cuentas nacionales los problemas de la restricción externa.

Para final de año, el petróleo ha recuperado terreno respecto a los valores que marcaba en el mes de enero, donde el barril West Texas Intermediate (WTI) llegó a estar en USD 26, mientras que el precio promedio del barril ecuatoriano durante el primer trimestre de 2016 estuvo en USD 20, lo cual conllevaba que no se pudieran ni tan siquiera cubrir los costes de extracción. Es necesario señalar en este punto, que aunque el precio del barril WTI actúe como referencia del petróleo ecuatoriano, los crudos ecuatorianos (Crudo Oriente y crudo Napo) cotizan a un menor precio. Siendo lo habitual que el precio del crudo Oriente cotice a unos USD 5 bajo el precio del WTI, y que el precio del crudo Napo lo haga con unos USD 10 de penalización. Para noviembre, el precio del barril WTI se encuentra bordeando los USD 45, lo cual permite una mayor entrada de ingresos a las finanzas públicas ecuatorianas.

En el caso concreto de Ecuador, el otro gran factor internacional que ha influido fuertemente en el deterioro de su economía ha sido la apreciación del dólar con respecto a las monedas de los países vecinos, encareciendo las exportaciones ecuatorianas.

Por otro lado, tras la victoria de Trump en los Estados Unidos, el dólar estadounidense, moneda oficial del Ecuador, se encuentra marcando máximos lo cual sigue dificultando el acceso de los productos ecuatorianos a otros mercados debido al encarecimiento de los mismos.

2. Crecimiento económico en Ecuador

Durante los últimos 10 años, Ecuador ha disfrutado de un crecimiento positivo del PIB, en promedio el crecimiento anual fue de 3,86% anual,  siendo el mejor año el 2011 donde el crecimiento alcanzó el 7,9%, mientras que el peor año fue el 2015 con un crecimiento de tan solo el 0,3% (Ver Cuadro 1). El último año en el que la economía ecuatoriana presentó un decrecimiento del PIB fue el año 1999, año del feriado bancario y la dolarización de la economía ecuatoriana. 
Cuadro 1.

Sin embargo, el año 2016 puede suponer el retorno a tasas negativas de crecimiento económico, de las que el exiguo crecimiento del 0,3% alcanzado en 2015 ya suponía un anticipo. Fue el segundo trimestre del año 2015 el primero en el que el PIB trimestral ecuatoriano entró en cifras negativas, y a partir de ese momento enlazó 4 trimestres consecutivos de crecimiento negativo. Sin embargo, para el segundo trimestre de 2016, el PIB trimestral ecuatoriano volvió a cifras positivas, creciendo en este segundo trimestre del año un 0,6%. 

¿Quiere decir esto último que la variación del PIB ecuatoriano se mantendrá en cifras positivas durante el 2016? debido a la fuerte caída que experimentó el PIB durante el primer trimestre es difícil que esto suceda. Sin embargo, hay que tener en cuenta el cambio de tendencia que se vive desde el segundo trimestre, donde no sólo hay unas mejores perspectivas en cuanto a los niveles del precio del petróleo tal y como hemos comentado anteriormente, sino que además hay una serie de indicadores internos que nos invitan a ser más optimistas para el resto del año.

Si analizamos los datos aportados por el Banco Central del Ecuador para el segundo trimestre de 2016, tenemos que el aumento del PIB trimestral en 0,6% es principalmente motivado por el incremento de las exportaciones en un 5% (cuya contribución al crecimiento del PIB trimestral es 1,35%) y el incremento del Gasto en Consumo Final del Gobierno del 1,6% (cuya contribución al PIB trimestral es del 0,23%). Por su parte, otras macro magnitudes siguieron representando valores negativos como es el caso del Gasto en Consumo Final de los hogares que experimentó un retroceso del 0,4% (contribución al PIB trimestral de -0,27%) y la Formación Bruta de Capital Fijo que retrocedió un 2,4% en el trimestre (contribución al PIB trimestral de -0,57%). Por otro lado, destaca el retroceso de las importaciones en 1,3%, este comportamiento puede deberse a la baja general en la actividad o al fortalecimiento del mercado interno. Bajo ambas circunstancias, en este contexto la reducción de las importaciones resulta favorable para descomprimir la cuenta corriente. 

Por su parte, si nos centramos en los datos sobre el Valor Agregado Bruto (VAB) del segundo trimestre de 2016, tenemos que la variación trimestral del VAB no petrolero fue de 0,3%, mientras que la del VAB petrolero fue del 2,7%. Estos valores, por tanto, reflejan la influencia del mejor comportamiento de los precios del petróleo en la actividad económica, pero también se distingue una mejoría en las perspectivas del resto de sectores.

Si desagregamos el VAB por clase de actividad económica se puede observar un comportamiento divergente entre unos sectores y otros (Ver Cuadro 2). Destaca el crecimiento experimentado por el sector de “Acuicultura y pesca de camarón”, que a pesar de los estragos que causó el terremoto del 16 de abril que afectó a zonas productores de Manabí y Esmeraldas, y la influencia negativa del fenómeno de el Niño sobre el litoral, muestra unos resultados positivos, experimentando un crecimiento en el segundo trimestre del año del 16,7%, y de un 84,25% si tomamos los datos interanuales. Por su parte, el sector que mayor aportó al crecimiento del PIB del segundo trimestre del año fue el de la “Enseñanza y Servicios Sociales y de Salud”, cuyo crecimiento en el segundo trimestre fue del 3,3%, mientras que su aporte al crecimiento del PIB trimestral fue de 0,29 puntos. El segundo sector que más crece (9% en términos trimestrales y 33,6% en términos interanuales) es el de “Suministro de electricidad y agua”. Junto a estos tres sectores, el otro que presenta un gran dinamismo y crecimiento tanto en términos trimestrales como interanuales es el de la “Refinación de Petróleo”. Por tanto, de los cuatro sectores más dinámicos de la economía ecuatoriana en el segundo trimestre de 2016, tres de ellos han conseguido este dinamismo gracias a la participación directa de la inversión pública del Estado. A continuación se detallan algunas de las acciones llevadas a cabo desde el Estado con respecto a estos sectores:

•    Suministro de electricidad y agua. El Gobierno ecuatoriano ha llevado durante los últimos 4 años un importante plan de inversiones en infraestructuras en producción eléctrica y suministro de agua. Durante los años 2015 y 2016 han entrado en funcionamiento varias de estas infraestructuras que permiten al Ecuador dotarse de un mejor suministro de agua y electricidad e incluso comenzar a exportar energía eléctrica a países vecinos como Perú y Colombia.

•    Refinación de petróleo. Desde el año 2008 y de forma paulatina se comenzó con la repotenciación de la Refinería de Esmeraldas, única refinería del país, que demandó una inversión pública de 1.200 millones de dólares. Con la repotenciación, la refinería está en capacidad de procesar 110.000 barriles de petróleo al día habiendo incrementado notablemente su capacidad previa.

•    Enseñanza y Servicios sociales y de salud. Otra de las grandes líneas estratégicas del Gobierno ha sido la mejora de la calidad y la ampliación de derechos ligados a la educación y la sanidad públicas. Esto ha llevado a este sector de actividad a un elevado crecimiento durante los últimos años incrementando cada vez más su peso en el PIB ecuatoriano.
 

Por el contrario, hay otros sectores de actividad que han seguido profundizando en su deterioro, destacando la “Construcción” con una caída trimestral del 2,3% (caída del 7,4% en términos interanuales), el “Alojamiento y servicios de comida” con una caída del 2,8% en el trimestre (-10,7% en términos interanuales) y “Correos y Comunicaciones” con una caída en el segundo trimestre del 7,2% (-20,20% en términos interanuales).

Otro indicador que nos muestra un desempeño positivo en los últimos meses es el de la recaudación tributaria. Según los datos del Servicio de Rentas Internas (SRI), desde el mes de agosto del presente año comenzó a sentirse ésta mejoría. Alcanzando en el mes de octubre un crecimiento interanual del 4% (sin considerar los tributos extraordinarios de la Ley de Solidaridad). Para el mes de noviembre, y en función de las proyecciones ofrecidas por el SRI, se proyecta un crecimiento de la recaudación interanual del 5%. A pesar de esta mejora en los últimos meses del año, se estima que la recaudación fiscal del presente ejercicio esté entre los 13.200 y 13.300 millones de dólares frente a la recaudación del año 2015 de 15.489 millones de dólares.

3. Comportamiento de la Inversión pública y privada

Resulta interesante analizar el comportamiento de la inversión  durante el último año. Durante el año 2015 esta variable sufrió una caída del 5,9%, lo cual significó una caída del 1,6% del PIB. Sin embargo, mirando la naturaleza de la inversión es importante distinguir que aquella proveniente desde el sector privado aumentó un 2,6% en términos interanuales, superando la fuerte caída en “Construcción” (-21,2%) y en “Explotación de Minas y Canteras” (-8,6%) con una mayor inversión en el “Agro” (17,8%) y en la “Industria Manufacturera” (14,6%) como grandes ramas. El sector público, por su parte, se enfrentó a la menor liquidez de recursos disminuyendo la inversión en un 25,1% interanual, provocando que el resultado final de la inversión en términos anuales fuera negativa.

Estos números aportan datos importantes sobre la economía ecuatoriana, por un lado el sector privado continúa invirtiendo a pesar de la coyuntura negativa, mostrando una buena perspectiva en los negocios a pesar de la retórica victimista de buena parte de los voceros de este gremio. Por otro destacar, como se mencionó en el apartado anterior, la gran importancia que tuvo durante la última década el rol de la inversión pública para el crecimiento del país y lo esencial de su sostenimiento año a año para el bienestar de la economía y de la población. La inversión pública fue el gran motor de la economía ecuatoriana durante la última década, alcanzando un crecimiento promedio anual entre 2007 y 2015 del 39%. Mantener unos altos niveles de inversión pública resultará fundamental para volver a las cifras de crecimiento económico con las que se desarrolló la economía ecuatoriana en los últimos años.

4. El sector exterior ecuatoriano

Es importante destacar que el sector petrolero representa el 45%  de las exportaciones de Ecuador por lo menos desde 2007. Durante los últimos años se ha venido llevando a cabo una política económica que busca diversificar las exportaciones. Sin embargo, a pesar del crecimiento de las nuevas exportaciones (camarones elaborados, las flores y distintos alimentos elaborados), realmente no se ha logrado que éstas sean significativas si las comparamos con la entrada de divisas debido a las exportaciones de petróleo. 
Según estimaciones propias, la caída del precio del petróleo tuvo un importante efecto en año 2015 en relación al resto de variables macroeconómica. Afectó de la siguiente manera: a) descenso de las exportaciones (a precios constantes) en 0,37% para el año 2015, b) reducción del consumo en un 10%, c) caída de la inversión en 5,86%, y d) contracción de un 8,6% en las importaciones. 
Asimismo, a precios corrientes, la caída de las exportaciones alcanzó un 27,6% y las importaciones un 21,4% reflejando el impacto de la diferencia entre los precios de los productos que se importan y los que se exporta. Esto tiene consecuencias claves en el deterioro de la cuenta corriente. En este sentido, el déficit de la cuenta corriente aumentó alrededor de un 300% con respecto al año anterior y el gobierno tuvo que acceder a préstamos para la financiación del déficit de la balanza de pagos.

Ante este contexto de caída del precio del petróleo y deterioro del balance de pagos, en el resto de los países de Latinoamérica, la devaluación de la moneda local ha permitido (a costa de inflación cambiaria y deterioro del salario real) una fuerte caída de las importaciones y un aumento de las exportaciones permitiendo recuperar competitividad de estas últimas. Pero la dolarización de la economía en Ecuador no permite poner en práctica esta herramienta, sino por el contrario se encuentra presa del movimiento internacional del dólar, que actualmente se encuentra apreciándose y encareciendo los productos exportables de Ecuador con respecto al resto del mundo.

Fue el temor de seguir incrementando el déficit de la balanza comercial ecuatoriana lo que llevó a que en el año 2015 se implementaran las medidas de salvaguardias a las importaciones. Ésta, junto a otras medidas, han permitido para el primer semestre de 2016 revertir por completo la situación deficitaria de la balanza comercial ecuatoriana, presentando en este periodo un superávit de 863 millones de dólares, frente al déficit de 968 millones de dólares del primer semestre de 2015. Igualmente la balanza por cuenta corriente pasó de un déficit de 1.171,6 millones de dólares en el primer semestre de 2015, a un superávit de 799,4 millones de dólares en el primer semestre de 2016.

El aspecto negativo lo vemos en cuanto a la evolución de la Inversión Extranjera Directa (IED), que en la comparativa entre el primer semestre del año 2015 y el primer semestre del año 2016 cae en 26,3%, pasando de 280 millones de dólares a 206 millones de dólares. Sin embargo, hay que tener en cuenta que 2015 fue el año con mayor IED de los últimos 9 años, alcanzando un máximo de 1321,4 millones de dólares en un año cuyas perspectivas no eran positivas.

Otro de los aspectos a destacar en cuanto a políticas implementadas desde el Ecuador ha sido la reciente firma del conocido como Acuerdo Multipartes con la Unión Europea. Este acuerdo de libre comercio con el bloque económico europeo supone el cumplimiento de una de las demandas que los sectores exportadores tenían con respecto al comercio exterior. El acuerdo al que se adhiere Ecuador se basa en el que ya tenían firmado Colombia y Perú con este bloque de integración, sin embargo, aunque es cierto que la liberalización del comercio se hará de forma más gradual, la columna vertebral del acuerdo es la misma.

La firma de este acuerdo supone una rectificación de la política que durante los primeros años de su gobierno tuvo la presidencia de Rafael Correa, en la que se manifestaba contrario a la firma de tratados de libre comercio con los países centrales de la economía mundo capitalista debido a que los mismos profundizaban las relaciones de dependencia y subordinación resultado de la División Internacional del Trabajo (DIT).

Hay que tener en cuenta que la Unión Europea representa un mercado de 513 millones de personas, lo cual permite una oportunidad para que los sectores exportadores ecuatorianos, principalmente productos primarios o manufacturas básicas, ingresen sin aranceles al bloque europeo. Actualmente, las exportaciones ecuatorianas al bloque ya bordean los 2.700 millones de dólares, cifra que, según voceros oficiales del Gobierno ecuatoriano, se espera que aumente sustancialmente teniendo en cuenta que el 99,7% de la oferta exportable ecuatoriana estará libre de aranceles.

Sin embargo, es necesario recalcar que los sectores exportadores ecuatorianos están sumamente concentrados y vinculados a sectores primarios (camarón, flores y banano principalmente). Por tanto, las mayor parte de las utilidades derivadas de la mejor inserción de estos productos en el mercado europeo, quedarán previsiblemente concentradas en unas pocas manos y difícilmente repercutirán en el desarrollo económico inclusivo del país. Además, a pesar que desde el ejecutivo se ha remarcado que el acuerdo contempla fórmulas que protegerán a la industria nacional, lo cierto es que las mismas se irán eliminando en el medio plazo. Un ejemplo lo tenemos en el sector automotriz, donde la eliminación de los aranceles a los vehículos que ingresen desde la Unión Europea a Ecuador no se completará hasta el cabo de 7 años, número de años que resulta por completo insuficiente para el desarrollo de una industria automotriz nacional.

5. Las reformas económicas tras el terremoto

A la coyuntura económica que dejó el 2015 debemos sumarle las pérdidas sufridas durante el terremoto que se produjo en el mes de abril y que afectó principalmente a localidades de Manabí y Esmeraldas. El terremoto se llevó la vida de centenares de personas, daños éstos irreparables, y produjo miles de heridos. En el aspecto material, el terremoto también destruyó las viviendas y medios de vida de miles de personas. Los gastos para la reconstrucción se estimaron en 3.344 millones de dólares por el propio gobierno ecuatoriano, lo que representa casi un 4% del PIB.
Con el propósito de financiar las labores de reconstrucción, el presidente Rafael Correa promovió una serie de medidas económicas que iban encaminadas a la obtención de recursos líquidos que pudieran ser invertidos de forma rápida en la reconstrucción de las zonas más afectadas y prestar el apoyo a los miles de afectados por la catástrofe.

Las medidas, como reflejo de lo que ha significado la gestión presidencial de Rafael Correa, marcaban un equilibrio de la orientación ideológica de la Revolución Ciudadana. Es decir, algunas medidas tenían un importante componente de progresividad y recaían directamente sobre los patrimonios y rentas más elevadas (Impuesto único al patrimonio, contribución especial a las utilidades, aportes salariales progresivos), mientras que otros tenían el efecto contrario (incremento del 2% del IVA y venta de activos del Estado) y podían contentar a otros sectores de la sociedad.
El componente común de estas 5 medidas económicas era la facilidad de traducirlas en liquidez, que más allá de la situación extraordinaria de escasez que ocasionó el terremoto, ya era un problema con el que contaba el sector público ecuatoriano a comienzos del año 2016. Dicha situación de escasa liquidez, además de con estas medidas, se consiguió solucionar mediante la entrada de financiamiento procedente principalmente de dos vías. Por un lado desde la República Popular de China, que consistió en un financiamiento de 2.000 millones de dólares, el cual permitió al ejecutivo hacer frente a sus necesidades de liquidez y solventar los compromisos con proveedores (lo cual permitió también el incremento de la recaudación fiscal por IVA diferido en el segundo trimestre del año). Y por otro lado, Ecuador volvió a la financiación multilateral del Fondo Monetario Internacional (FMI) con un crédito de emergencia de 364 millones de dólares para aliviar igualmente las necesidades de liquidez agravadas por el desastre del terremoto.

6. Conclusiones

En definitiva, la economía ecuatoriana se ha visto fuertemente afectada por la caída del precio de las materias primas y por la apreciación del dólar. Sin embargo, buena parte de las medidas económicas del Gobierno han conseguido estabilizar la economía y desde el segundo trimestre del presente año 2016, se ven signos que empiezan a mostrar cierta mejoría. A pesar de que en el año 2016 se ha reducido la inversión pública debido a la falta de liquidez, esta reducción no se ha hecho de forma drástica y se han mantenido las inversiones ya iniciadas que en muchos casos están comenzando a revertir utilidades para las finanzas públicas en este 2016 (proyectos hidroeléctricos, proyectos  multipropósito o la refinería de Esmeraldas por citar algunos de los principales).
Otro factor determinante para lidiar con la escasez de recursos derivados de la restricción externa, ha sido el fortalecimiento del sistema fiscal ecuatoriano, el cual dota al Estado de una mayor capacidad de hacer frente a coyunturas económicas adversas.

También es necesario señalar, que a pesar del crecimiento de algunos sectores de actividad económica como se señaló anteriormente, otros siguen presentando tasas negativas de crecimiento. Un caso especial es el de la construcción, que si bien se encuentra contribuyendo de forma negativa al PIB, en el medio plazo puede aliviar al sector de las tensiones especulativas que comenzaban a aparecer en el mercado inmobiliario ecuatoriano, produciéndose de esta forma un ajuste suave del sector.

Consideramos, por tanto, que las cifras mostradas por la economía ecuatoriana a partir del segundo trimestre, unidas a la estabilización (aún en el corto plazo) de los precios del petróleo con una leve tendencia alcista, muestran un panorama más favorable para el año 2017 que el vivido en este 2016. La batalla por las perspectivas económicas adquiere un especial significado en este tiempo, ya que uno de los principales ejes de la disputa electoral de febrero de 2017 en Ecuador será, sin duda, el económico.

Artículo publicado en http://www.celag.org/informe-de-coyuntura-economica-de-ecuador/


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