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Para medirlo en tiempo, China solo tardó 70 años en conseguir los que muchos países occidentales no han logrado.

Para medirlo en tiempo, China solo tardó 70 años en conseguir los que muchos países occidentales no han logrado. | Foto: Xinhua

Publicado 26 septiembre 2019



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Pese a las acusaciones de Occidente, la República Popular China se consolida como una potencia bajo el socialismo, sin renunciar a su soberanía y autodeterminación. 

La República Popular China celebra este 1 de octubre de 2019 su 70 aniversario. La sentencia anterior es el resumen de una larga hazaña, que deja situada a la nación como la segunda economía mundial, con grandes logros que deben abrirse paso frente al poder mediático occidental y su principal arma de guerra: la desinformación.

En medio de esta realidad, el gigante asiático es presentado como la “dictadura más exitosa” o un “peligro para la libertad”, sin embargo, no es posible ocultar la verdad de China.

El desarrollo de esta nación comienza en 1949. China, sumida en la pobreza y la destrucción por la ocupación japonesa, la guerra, los conflictos internos y su sumisión ante las potencias de la época, logró concretar la Revolución Popular con la llegada al poder del líder Mao Zedong.

Hoy, siete décadas después, el progreso de esta nación se constituye como un milagro para la humanidad, una utopía en desarrollo.

China: Para acabar con la pobreza

Aunque el Gobierno chino es acusado por Estados Unidos de innumerables violaciones de derechos humanos, esta nación es un ejemplo global con su lucha contra la pobreza

Los resultados de la administración del Partido Comunista Chino han quitado un gran peso al índice mundial.

Todos los años, de 2012 hasta 2018, una media de 10 millones de personas fueron sacadas de la pobreza en China. Solo en 2018, 13,86 millones de personas salieron de esta situación.

En total, la pobreza en China se redujo de 770 millones en 1978 a 16,6 millones en 2018, lo que representa una disminución de la tasa de 97,5 por ciento a solo 1,7 por ciento.

Con sus políticas, la nación logró aumentar los ingresos disponibles per cápita 59,2 veces desde 1949 a 2018, mientras que la esperanza de vida pasó de 35 a 77 años.

Esta realidad implica que casi en su totalidad, la población china no está amenazada por falta de alimento o ropa, tiene acceso a la educación y está bajo la protección del sistema universal de salud y seguridad social.

Para medirlo en tiempo, China solo tardó 70 años en conseguir los que muchos países occidentales no han logrado.

¿Cómo lo hizo?

El objetivo del plan chino para sacar a la población de la pobreza involucra garantizar las cinco necesidades esenciales: alimento, vestido, educación obligatoria, atención médica básica y vivienda.

Para ello, el Gobierno chino ha creado un plan integral que, entre otras cosas, implicó el desarrollo de las industrias emergentes en áreas pobres o rurales y proveyó servicio de Internet banda ancha en el 94 por ciento de estas zonas. 

En cuanto a la salud, amplió la cobertura sanitaria pública. Para 2017, el número de instituciones de atención médica era de 987.000, lo que supone un aumento del 480 por ciento desde 1978.

Además, incrementó el número de profesionales médicos en un 260 por ciento hasta 8,98 millones en 2017. Mientras que la cobertura de vacunación nacional entre niños llegó al 90 por ciento.

Por otro lado, China pasó a ser una población en su mayoría analfabeta para 1949, a otra con educación obligatoria a partir de los nueve años.

Con esto, en 2018 la media de años de escolarización para los niños de a partir de 15 años era de 9,6, y la misma cifra para la población en edad de trabajar era de 10,5 años.

China también se ha constituido en un referente de la construcción de viviendas, en las que ha reubicado a aldeanos para aliviar su condición. En lo que va de 2019, China ha completado la construcción de 4.380 viviendas en las que serán albergadas 19.117 personas.

Así, China aspira sacar a toda su población de la pobreza para 2020, esto sin renunciar a su soberanía y autodeterminación.

Potencia económica pujante: 40 años de la Reforma y Apertura

Un cambio sustancial llegó a China con su política de Reforma y Apertura implementada en 1978 por Deng Xiaoping: Dejó atrás el sistema administrativo de la economía nacional y avanzó hacia la modernizacion e inclusión en el mercado global.

En el inicio de este camino, China tenía un PIB de 150.000 millones de dólares, es decir, solo el cinco por ciento del total mundial. Mientras que en 2017, el gigante asiático se mantuvo como la segunda economía mundial con un PIB de 12,86 billones de dólares.

 Provincia de Anhui, en el este de China, en 1983. || Foto: Xinhua 
Línea de ensamblaje de tren de lata velocidad en la provincia de Jilin, en 2017. || Foto: Xinhua 

Como parte de esta política, también resulta clave la iniciativa de la Franja y la Ruta. Con esta propuesta lanzada en 2013 por el presidente Xi Jinping, la nación intenta forjar un camino hacia la globalización inclusiva. 

Para China, el progreso y bienestar de sus vecinos, representa también su propio progreso.

Los resultados son visibles: de 2013 hasta 2018 la inversión directa de China en los países de la iniciativa superó los 90.000 millones de dólares, con un volumen de negocios de 400.000 millones de dólares en proyectos contratados en el extranjero. 

Entretanto, el volumen de comercio entre China y otros países de la Franja y la Ruta superó los 6 billones de dólares.

Guerra comercial con EE.UU.: La posición de China

En marzo de 2018, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó a China de llevar a cabo "prácticas desleales de comercio" y "robo de propiedad intelectual". 

En su supuesto afán por corregir estas acciones, el mandatario estadounidense decidió imponer un paquete de aranceles de miles de millones de dólares a productos chinos. En contramedida, la administración de Xi aplicó aranceles adicionales a los productos provenientes del país norteamericano, sin embargo, insiste en el diálogo para resolver la disputa. 

El Gobierno chino advierte que las numerosas restricciones a la inversión y comercio adoptadas por Estados Unidos distorsionan la competencia del mercado, obstaculizan el comercio justo y conducen a rupturas en las cadenas industriales mundiales. 

De acuerdo con la visión del gigante asiático, una guerra comercial no traería ningún vencedor, al contrario, provocaría un descenso del comercio mundial y disminuiría considerablemente el poder adquisitivo de los más pobres. 

Para los especialistas, esta guerra comercial iniciada por Trump tiene como eje central hacer frente a la superioridad tecnológica alcanzada por China. 

"China está superando a  Estados Unidos y Estados Unidos no sabe cómo frenar a China. Esa es la cuestión. El tema es que si lo hace puede ser el más perjudicado", dijo para Sputnik el periodista y escritor Esteban Magnani, máster en Media & Communication por la London University.

Hong Kong y las protestas “por lo libertad y la democracia”

Las corporaciones mediáticas occidentales, siguiendo la línea de Estados Unidos, han intentado posicionar la tesis de la falta de libertad y democracia en Hong Kong.

Las acusaciones contra China han tomado fuerza desde junio cuando iniciaron una serie de protestas en rechazo a un proyecto de ley de extradición.

Pese a que la iniciativa legal fue retirada, las manifestaciones continuaron y fueron escalando a hechos de violencia en los que ha intervenido la policía.

En grandes medios de comunicación se leen titulares como “Hong Kong sufre la represión más violenta desde que volvió al control chino” (La Nación) o “Hong Kong y el retorno del fantasma de Tiananmen” (DW).

Mientras el Gobierno chino es acusado de “represivo”, el Gobierno de Estados Unidos amenaza con “seguir de cerca” la situación para así acabar con "el abuso". 

Durante las protestas en Hong Kong, los manifestantes han portado banderas de Estados Unidos y Reino Unido para conseguir "el apoyo internacional" . Foto: Reuters 

A esto, el Gobierno chino responde con un llamado al respeto de sus asuntos internos y se expresa confiada en que los hechos vencerán a las mentiras del Gobierno de Estados Unidos. Asimismo, ha señalado directamente a la administración de la Casa Blanca como implicado directo en los disturbios.

La nación asiática sigue defendiendo su política de "un país, dos sistemas", que posiciona a Hong Kong como una parte clave para la iniciativa de la Franja y la Ruta, así como en la guerra comercial impuesta por la nación norteamericana. 

"En nuestro camino hacia adelante debemos adherirnos a los principios de 'reunificación pacífica' y 'un país, dos sistemas', debemos mantener la prosperidad y la estabilidad en Hong Kong y Macao, así como promover el desarrollo pacífico de las relaciones entre ambos lados del estrecho de Taiwán", aseveró este martes Xi en las celebraciones por la fundación de la República Popular. 

El líder chino destacó que ninguna fuerza puede sacudir el estatus de China ni impedir que el pueblo y la nación chinos avancen.


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