La represión política y social en la República Democrática del Congo (RDC) aumentó en un 400 por ciento en el 2016, informó el director de la oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, José María Aranaz.
El Gobierno congolés desplegó a la Guardia Republicana, una unidad militar de élite formada por soldados de diferentes naciones, y a la Policía militar en funciones, con armamento de guerra y ordenó ejercer la fuerza.
Ejército y policía sigue en las calles de Kinshasa, de noche los "mura" colocan barreras en las entradas de Gombe y registran los vehículos
— oskare (@oskarteleSUR) 22 de diciembre de 2016
Kinshasa, capital congolesa, está dominada por el ejército que han disparado a civiles por cualquier motivo.
Las violentas protestas que golpean a la RDC resultan de la acumulación de frustración política en la ciudadanía ante un presidente que se niega a abandonar el cargo junto con los efectos de una recesión económica, así lo explicó Aranaz.
Diputado nacional Frank Diongo en estado crítico tras ser arrestado, golpeado e imputado por defender una transición sin Joseph Kabila
— oskare (@oskarteleSUR) 22 de diciembre de 2016
"El 82 por ciento de la población, unos 67 millones de congoleses, vive por debajo del umbral de la pobreza con menos de un dólar y medio al día y el índice de paro es superior al 60 por ciento. Si a esto le sumas la frustración política, el cóctel es explosivo", afirmó el director de DD.HH. en el Congo.
A pesar de haber expirado el periodo del presidente Joseph Kabila, las elecciones en ese país fueron pospuestas para abril de 2018, esto generó fuertes protestas.