Habitan en la zona de Tetuán o Nador (Marruecos), tienen entre 35 y 60 años. Pueden transportar en sus espaldas fardos (telas) de hasta 90 kilos, caminan por horas y reciben entre 5 y 10 euros. Este es el “trabajo” de las porteadoras.
Son mujeres que se dedican a este tipo de “comercio atípico” en la frontera entre Melilla (España) y Marruecos. Más allá de obtener dinero, es una forma de esclavitud moderna.
#CEUTA Miles de mujeres porteadoras cruzan cargadas la frontera de #España y #Marruecos, son las mulas humanas pic.twitter.com/MJJbDKUvMO
— Sergio Rodrigo (@SRodrigoteleSUR) 2 de febrero de 2017
Recogen “los fardos en el polígono de El Tarajal (en Ceuta) o en los terrenos y camiones aparcados en el Barrio Chino (en Melilla) para transportarlos al territorio marroquí”, refiere el informe La Frontera Sur. Accesos terrestres publicado en abril de 2017.
Los pasos fronterizos tienen horarios. Del lado español abren de las 06H00 hora local hasta las 14H00. Si las porteadoras no alcanzan a pasar la mercancía, deben quedarse en las ciudades en “situación administrativa irregular, puesto que la exención de visado para las poblaciones de Tetuán y Nador no les otorga el derecho de pernoctar en territorio español”, agrega el documento.
¿Qué transportan?
La mayoría de la mercancía que llevan sobre sus espaldas son calzado, mantas, pijamas, artículos de tecnología y de ferretería.
¿Qué trato reciben por parte de las fuerzas de seguridad?
Además de ser estigmatizadas, las condiciones en las que las porteadoras ejercen su labor no es nada fácil. No solo por el peso que deben transportar, sino por todos los obstáculos y peligros que sortean en su paso por la zona fronteriza.
��Cada día, cientos de mujeres arriesgan su vida, cruzando la frontera entre Ceuta y Marruecos, transportando bultos que pueden pesar más que ellas. Nuestra compañera de @luciamunozluc nos cuenta esta historia a través de la voz de Khadija.
— La Poderío (@lapoderiofem) 20 de diciembre de 2017
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El trato que reciben por parte de las fuerzas de seguridad no es el más cordial. “Les quitan los pasaportes y, en ocasiones, también se los rompen. Las empujan. Les dicen que tienen que estar de rodillas”, manifestó un testigo que prefirió permanecer bajo anonimato, citado en La Frontera Sur. Accesos terrestres.
Violencia verbal y agresiones físicas son las más comunes. Varias organizaciones han denunciado que los agentes de seguridad “rasgan con cuchillos los bultos de las porteadoras, ya sea mientras los están cargando en la espalda o incluso en el punto de recogida”.
Un trabajo que puede llevar a la muerte
Otro de los riegos a los cuales se exponen las porteadoras son las avalanchas que suelen ocurrir en los pasos fronterizos, cuyas estructuras no son las más adecuadas y dificultan el tránsito.
En el paso de El Tarajal hay varios pasillos delimitados por vallas. Son tan estrechos que solo pueden pasar dos personas. Mientras que el del Barrio Chino es una suerte de embudo.
Varias mujeres han muerto por asfixia y en medio de avalanchas. El caso más reciente ocurrió el pasado lunes cuando dos mujeres perdieron la vida tras una avalancha registrada en el lado marroquí de la frontera con Ceuta.
En agosto del año pasado otras dos también murieron por la misma causa en el paso fronterizo de El Tarajal, entre la ciudad de Ceuta (España) y Marruecos.
“Las porteadoras, desde las seis de la mañana, cuando se abren los pasos, hasta las dos de la tarde, cuando se vuelven a cerrar, tratan de pasar la frontera tantas veces como les sea posible para así poder percibir un salario más elevado al final del día”, agrega el informe.