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Pablo Casado

Pablo Casado | Foto: EFE

Publicado 23 junio 2016



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Pablo Casado, candidato derechista del PP de España, habló de un video que él dijo que es gente que pide comida y se enfrenta a la policía en Venezuela. Pero el video es del Congo.

Hace unas semanas, el portavoz del Partido Popular (partido de derecha tradicional en España) , Pablo Casado, compartió un vídeo en su cuenta de Twitter personal en el que se veía un grupo de personas peleando con la policía. El texto del tweet decía: “Me manda esto un amigo de Venezuela: el pueblo se enfrenta a la policía chavista pidiendo comida. No podemos tolerarlo”. Pero ese vídeo no correspondía a Venezuela, sino a la República Democrática del Congo. Pero claro, Casado borró tanto su tuit como el video que estaba en YouTube, pero gracias a otro usuario de Twitter, tenemos aquí la evidencia de la mentira.

Este es solo un ejemplo de los muchos en los que la derecha española ha quedado en ridículo hablando de Venezuela.

El país latinoamericano se ha convertido en uno de los temas más destacados del debate político nacional en esta campaña electoral. Los políticos y medios de comunicación de derechas analizan a diario la supuesta falta de libertad, la escasez alimentaria, la delincuencia en las calles que se vive en el país bolivariano mientras ignoran los problemas de España (la tasa de españoles en situación de riesgo de pobreza y exclusión social se sitúa en el 29,2%, según la la red europea de lucha contra la pobreza (EAPN, en sus siglas en inglés). Tan alta es la obsesión que el propio presidente venezolano, Nicolás Maduro, invitó a su homólogo español, Mariano Rajoy, a debatir en Venezuela sobre los problemas de España.

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“¿Cómo se explica que este humilde servidor venezolano esté todos los días en los medios españoles?, se preguntó Maduro en declaraciones públicas. "Es impresionante (...), una desproporción sin límites", añadió Maduro.

Es cierto que en Venezuela residen casi 200.000 españoles. Pero, ¿a qué se debe tal obsesión?

La explicación es sencilla y se resume en una sola palabra: Podemos. Este joven partido político (ahora renombrado Unidos-Podemos por su alianza con Izquierda Unida) que promete terminar con la austeridad, los recortes y los privilegios de las élites logró en las pasadas elecciones romper el bipartidismo que había gobernado en España durante más de 30 años. Algunos de sus fundadores fueron asesores del gobierno de Venezuela durante la etapa de Hugo Chávez. Ese hecho ha servido a la derecha española para utilizar una llamada “estrategia del miedo” como arma electoral.

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La estrategia está basada en asustar a la población (que mayoritariamente ignora la situación real que se vive en los países de América Latina) diciendo que si Podemos gobierna en España, se acabarán las libertades, los derechos humanos (e incluso el papel higiénico) “igual que sucede en Venezuela”.

La derecha incluso ha acusado a Podemos de recibir dinero de manera ilegal por parte del gobierno chavista y también por parte del gobierno de Irán. Las acusaciones han sido archivadas por los tribunales españoles en cinco ocasiones al no haberse encontrado indicios de delito.

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El líder del partido Ciudadanos, al que algunos analistas llaman “el Podemos de derechas”, Albert Rivera, incluso viajó a Caracas a finales de mayo para mostrar su apoyo a los “presos políticos” y pedir que se celebre un referéndum revocatorio contra Nicolás Maduro. Durante su visita estuvo acompañado en todo momento de una multitud de periodistas. Curiosa manera de hacer campaña electoral para ser presidente del Gobierno español.

La extrema preocupación de la derecha española por todo lo que pasa en Venezuela contrasta con lo poco que le importan los derechos humanos en otros países del mundo. Como por ejemplo en el Sahara Occidental, última colonia española que vive refugiada en el desierto y con la que España tiene una responsabilidad histórica. O la violación permanente de derechos humanos del pueblo palestino. O el hecho de que solamente se hay ha acogido a 18 refugiados sirios (el 0,1% de lo que el gobierno español comprometió con la Unión Europea). O que mas de 10.000 migrantes han muerto en el mar Mediterráneo, que baña las costas españolas, desde 2014, ante la pasividad de Europa.

Pero estos temas, lamentablemente, no son objeto de debate nacional.


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