El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, negó el miércoles que esté en guerra con el Islam, durante su intervención en la reunión internacional contra el extremismo violento; encuentro que reunió a una veintena de países.
Desde la Casa Blanca, sede del Ejecutivo norteamericano y del evento, Obama aseguró que la organización autodenominada Estado Islámico "no habla por mil millones de musulmanes".
En ese sentido destacó que los voceros del EI no son líderes religiosos ni representantes del Islam. En sus declaraciones calificó a este grupo como terroristas "desesperados por obtener legitimidad".
Según Obama las mejores medidas para terminar con el extremismo que caracteriza al Estado Islámico son "más democracia, más instituciones y más libertades"; además reiteró que los enfrentamientos con el EI tendrán "un componente militar".
"Hay un elemento en que nosotros vamos a detener por la fuerza", explicó Obama en relación con las acciones violentas llevadas a cabo por el EI y la respuesta de la ofensiva internacional liderada por EE.UU.
Rechazo
Mientras se desarrollaba este encuentro activistas musulmanes se congregaron en los alrededores de la Casa Blanca para denunciar que no fueron invitados a formar parte del evento.
Líderes de organizaciones civiles musulmanas manifestaron que se sienten perseguidos y amenazados en Estados Unidos; situación que es alimentada por los medios de comunicación.
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