La policía de la región autónoma de Mongolia Interior, en el norte de China, halló 230 cisnes muertos en un lago de la comarca de Xilingol. Las primeras investigaciones apuntan a que fueron envenenados con pesticida.
La policía local ofreció hasta 100 mil yuanes (14 mil 770 dólares) a las personas que proporcionen información que los conduzca al arresto de los autores del envenenamiento, que posiblemente pueden ser cazadores de la zona.
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Los cisnes son muy apreciados en la cultura mongol y una especie protegida en el país asiático. El lago, a unos 300 kilómetros al norte de Beijing, es una habitual escala de descanso de los cisnes en su migración invernal a zonas más cálidas del sur.
Las clases acomodadas en China pagan fuertes sumas de dinero por medicinas u otros productos elaborados con partes de animales protegidos, lo que incentiva la caza furtiva de estos animales y ocasionan estos problemas a la fauna del país.
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