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Hacer política en Colombia es una elección de alto riesgo, son incontables las historia de líderes políticos, funcionarios públicos, jueces, periodistas y activistas sociales quienes han muerto por el hecho de actuar del lado del pueblo.
El 18 de agosto de 1989 el candidato presidencial y líder del partido” Nuevo Liberalismo” Luis Carlos Galán, fue asesinado durante un acto de campaña en Soacha, Departamento de Cundinamarca, centro de Colombia.
Luis Carlos Galán, fue otra de las víctimas de las mafias del narcotráfico y sus aliados políticos. El asesinato fue ordenado por el líder del Cartel de Medellín, Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez Gacha y Alberto Santofimio Botero, autores intelectuales del crimen.
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Al momento de su asesinato Galán era el virtual ganador de las elecciones presidenciales de 1990 tras su muerte y haciendo uso de sus ideas César Gaviria, fue electo presidente de Colombia.
El legado político de Galán no culminó con su desaparición física, sus ideales fueron plasmados en la “Constitución del 91”: la llamada “Constitución de los Derechos Humanos”, al reconocer la diversidad étnica, cultural y religiosa del país y le dio un claro mandato social al Estado colombiano al concebirlo como un “estado social de derecho”.
Para el senador colombiano Juan Manuel Galán, por la memoria de su padre, responde que Galán fue un ferviente defensor de los derechos humanos y señaló que de haber gobernado tal vez no se habría vivido el recrudecimiento de la guerra.
La muerte de Luis Carlos Galán, hace 27 años aún es recordada por aquellos colombianos que veían en el político liberal una esperanza de cambio político y social.
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