Lo que hay detrás de la decisión de EE.UU. al reanudar la ayuda militar a Bahréin tras una pausa de 4 años es un intento de presionar y que además lleva a cabo una política de intimidación algunos países del Golfo Pérsico, declaró Wathek Al-Hashimi, jefe del grupo de investigaciones Estratégicas de Irak.
Para Al-hashini "Se trata de una nueva presión de Washington sobre algunos países del Golfo Pérsico, debido al surgimiento de nuevos intereses de EEUU".
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Según el experto, "en estos países se alzan protestas, la gente sale a la calle exigiendo el respeto a los derechos humanos".
"En este contexto, Barack Obama declaró recientemente que el régimen de Arabia Saudí no está amenazado desde el exterior, pero que existe una gran amenaza interior debido a la política de discriminación y persecución; en la misma situación se encuentra Bahréin, que se atiene al mismo curso político de discriminación", abundó Al-Hashimi
Según los EE.UU. las autoridades de Bahréin han alcanzado un progreso en el respeto a los derechos humanos, sin embargo la oposición y los informes de las organizaciones internacionales afirman lo contrario.
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"La casa blanca teme perder un gobierno aliado en la región, es por ello que la administración norteamericana, haciendo caso omiso a los informes de HRW sobre las violaciones de los derechos humanos en este país, intenta asustar a Bah´rin con las explosiones de Arabia Saudí y Kuwait, que supuestamente podrían también tener lugar en este reino", analizó el experto Iraquí
Al-Hashimi concluyó diciendo que "se trata de otro nuevo error de Washington, que no se diferencia en nada de los errores en Siria, Irak y Afganistán".