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En el fútbol, la igualdad salarial es una cuestión con grandes desigualdades según los países.

En el fútbol, la igualdad salarial es una cuestión con grandes desigualdades según los países. | Foto: Reuters

Publicado 15 mayo 2019



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La Copa del Mundo femenina en Francia será una gran oportunidad para achicar la gigantesca brecha salarial. 

Del 7 de junio al 7 de julio de 2019 se jugará el Mundial de fútbol femenino en Francia. El fútbol es un deporte que presenta grandes desigualdades, sobre todo económicas, respecto a la rama masculina. El seleccionado que resulte campeón se llevará 3,5 millones de euros, cerca de diez veces menos que lo que consiguió el equipo de Didier Deschamps en Rusia 2018.

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En Estados Unidos, el pasado 8 de marzo, Día Internacional por los Derechos de las Mujeres, las campeonas mundiales de fútbol femenino presentaron una denuncia en un tribunal de Los Ángeles contra su Federación por discriminación.

Las jugadoras reprocharon unas primas más reducidas que las de los hombres y unas condiciones de entrenamiento peores, pese a su impresionante palmarés (3 títulos), mientras que el equipo masculino tiene resultados internacionales mucho más modestos.

Las futbolistas del Team USA tienen de inspiración y modelo lo que ocurre en los países escandinavos, los pioneros en esta cuestión de igualdad. En 2017, las futbolistas danesas fueron a la huelga para protestar por sus modestos salarios.

 
"Gracias por el hermoso ambiente hoy. Nosotros lo hicimos El Doble. Persiguiendo al tercero en 10 días", escribió  Ada Hegerberg en su cuenta de Twitter, tras ganar la Copa de Francia con el equipo de Lyon. 
 

Ese mismo año, la capitana de la selección femenina de Noruega, Maren Mjelde, y su homólogo masculino, Stefan Johansen, firmaron simbólicamente un acuerdo para instaurar la igualdad salarial entre sus dos equipos. Además, la Federación Noruega de Fútbol decidió dedicar a la selección femenina una parte de las cantidades percibidas por los patrocinios del equipo masculino, en lo que consideró una fuente de “inspiración” para otros países.

Por otro lado, en el fútbol de Australia, aunque la igualdad salarial entre géneros todavía no se ha conseguido, se han producido notables progresos tras el aumento de los sueldos de 2017 y el plan de acción lanzado en este 2019.

En Corea del Sur, sin embargo, las importantes diferencias entre las remuneraciones y las condiciones de trabajo entre hombres y mujeres continúan. En 2015, la Federación Surcoreana de Fútbol (KFA) fue criticada públicamente por organizar un viaje de la selección nacional femenina, en la que está la estrella del Chelsea Ji So-Yun, en clase turista, mientras que la selección masculina viajaba en business. “Los jugadores aportan mucho más dinero a la Federación”, dijo el organismo.

Mientras que en Italia, las futbolistas no tienen estatus profesional y reciben un máximo de 30.658 euros por año, además del reembolso de ciertos gastos. Los salarios no superan los 3000 o 4000 euros al mes. “En el futuro, el fútbol femenino tendrá tanta importancia como el masculino”, sostuvo la arquera de la Juventus y de la selección italiana, Laura Giuliani. 

En Francia, la jugadora mejor pagada y primer Balón de Oro del fútbol femenino, la noruega Ada Hegerberg, del Lyon, recibe un salario récord de 400.000 euros por año, mientras que el brasileño Neymar, del París Saint-Germain percibe cerca 30 millones, según la prensa local. 

La evolución de los salarios depende del ecosistema global del fútbol femenino, entre patrocinadores y derechos de televisión, subrayó la vicepresidenta de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), Brigitte Henriques, en un congreso en París el pasado febrero.

La FIFA espera que más de 1.000 millones de televidentes vean la Copa del Mundo 2019, mientras continúan los esfuerzos estratégicos para hacer crecer el fútbol femenino en todo el mundo. Por supuesto, esta espectativa es incomparable con la cifra de 3572 millones de televidentes que dejó Rusia 2018. 


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