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Los feminicidios han crecido en la región en los últimos años y lo más grave es que el 98 por ciento de los casos permanecen impunes.

Los feminicidios han crecido en la región en los últimos años y lo más grave es que el 98 por ciento de los casos permanecen impunes. | Foto: EFE

Publicado 8 julio 2016



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A pesar de los avances del papel de la mujer en la sociedad latinoamérica, el machismo persiste en la región.

Centenares de mujeres son asesinadas en América Latina y el Caribe por una sola razón: su género. Los feminicidios han crecido en la región en los últimos años y lo más grave es que 98 por ciento de los casos permanecen impunes. 

Aunque el sexismo no es un problema específico de una región, existen sociedades mucho más avanzadas que otras en materia de igualdad de género.

En América Latina, la exclusión y subordinación de la mujer es conocida como "machismo", término que la Real Academia española (RAE) define como la actitud de prepotencia de los hombres respecto a las mujeres.

Este concepto se considera también una ideología que engloba actitudes, comportamientos, prácticas sociales  y creencias que promueven la negación y exclusión de la mujer como sujeto en los distintos ámbitos en los que se desenvuelve, así como la subordinación de la mujer en la sociedad.

Si bien el empoderamiento de la mujer se ha acentuado al demostrar que puede estar en igualdad de condiciones con el sexo opuesto, muchos países latinoamericanos presentan aún graves cifras de violencia de género, que incluyen el sexismo, el acoso sexual y la agresión verbal.

Violencia sexista en la región

El sexismo es definido como un prejuicio o discriminación basada en el sexo o el género. El término es utilizado para referirse a la discriminación de ambos sexos. A menudo es confundido como sinónimo de machismo, pero este último no es más que un subconjunto del sexismo.

En los últimos años, el número de femicidios ha aumentado de manera alarmante en los países de la región, sostiene el informe anual de 2015 de la ONU, especificando que de los 25 países con mayor tasa de estos crímenes, 14 son latinoamericanos.

El Observatorio de Igualdad de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) informó que para el año 2014 al menos 1.678 mujeres fueron asesinadas por razones de género.

El feminicidio es la expresión más brutal en la escalada de violencia en contra de la mujer. 

Hasta en el ámbito político se ha visto la violencia sexista, un ejemplo está en Brasil con la presidenta Dilma Rouseff, quien fue objeto de violencia sexista, cuando en el momento en el que daba un discurso en televisión para comunicar a la población el estado de la crisis política y económica fue insultada con descalificativos. 

"En tiempos de crisis la descalificación y el insulto aparecen como elementos políticos, en este sentido, el machismo surge rápidamente como una forma muy poderosa para menospreciar la figura de la presidenta”, asi explicó al portal de noticias Público la socióloga española Esther solano, profesora en la Universidad Federal de São Paulo.

La organización de las Naciones Unidas (ONU) para las Mujeres condenó la violencia sexista y política contra la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y pidió salvaguardar el estado de derecho, "ONU Mujeres condena todas las formas de violencia contra las mujeres, incluso la violencia política de orden sexista”.

La doctora en Ciencias Sociales y profesora de Género y Diversidad en la Universidad de Salvador de Bahía, Maíra Kubík, declaró al portal esglobal que "“Brasil es un país bastante machista, donde las mujeres deben permanecer en alerta todo el tiempo para no sufrir violencia. Y muchas veces, a pesar de esto, no consiguen evitarla”.

“Probablemente si hubiese sido un hombre habría tenido menos dificultades para gobernar. El ambiente de Brasilia es muy masculino, y la política de bastidores se hace en reuniones, fiestas, comidas, donde una mujer no tiene tanta penetración ni es tan bienvenida como un hombre”. destacó Solano. 

Acoso sexual

Se le define como aquel acoso que tiene por objeto obtener los favores sexuales de una persona cuando quien lo realiza abusa de su posición de superioridad sobre quien lo sufre.

La Fundación Thompson Reuters afirma que el acoso laboral es una de las principales preocupaciones de las mujeres en países como Argentina, Brasil y México.

Entre las formas de acoso que enfrentan las mujeres latinoamericanas diariamente están el manoseo, el hostigamiento verbal y el físico.

Con el objetivo de denunciar esta práctica y concienciar sobre el problema se creó el Observatorio Contra el Acoso Callejero, una organización que tiene como objetivo erradicar la violencia sexual de las calles.

Los tres sistemas de transporte público más peligrosos para las mujeres en el mundo están en América Latina: Bogotá, Ciudad de México y Lima, registran las estadísticas de la empresa internacional YouGov.

Aunque en Ciudad de México hay vagones solo para mujeres para reducir el acoso en el metro, el mismo no ha tenido el éxito esperado y a menudo se ven hombres entrando a dichas áreas.

Desigualdad salarial

Las mujeres de América Latina y el Caribe ganan un 19 por ciento menos que los hombres, quedan excluidas de cargos directivos y asumen cada vez más horas de trabajo no remunerado en la medida que la población envejece, según el informe de Desarrollo Humano 2015 de Naciones Unidas.

El único país que se aleja de esta realidad es Venezuela donde los ingresos entre hombres y mujeres son igualitarios, señala un informe de la organización no gubernamental Foro Económico Mundial.

A pesar de las dificultades económicas que enfrenta el país se encuentra al mismo nivel que países desarrollados como Australia y ocupa la casilla número 64 de un ranking de 134 países según el informe “Global Gender Gap” (Brecha global de género) del año 2015.

Desde que Hugo Chávez llegó al poder se ha mantenido una política de promoción activa de la igualdad de género. La constitución de 1999 fue la primera en utilizar un lenguaje inclusivo en la perspectiva de género y en reconocer los derechos sexuales y reproductivos y el trabajo de las mujeres en los hogares como generador de riqueza.

En segundo lugar de igualdad de ingresos por género en América latina se encuentra Honduras, una de las naciones más pobres del continente.

Entre otros estudios similares llevados a cabo por el Banco Interamericano de Desarrollo, ubican a Bolivia como el país de la región en el que los salarios femeninos están mejor ubicados que los masculinos. Se argumentaba incluso que las bolivianas ganaban un 1,8 por ciento más que los hombres en circunstancias similares.

En contraste, los países que menos igualdad de género en sus sueldos tienen son Brasil, Chile y Argentina. 

Legislación contra la violencia machista

Un total de 20 países de América Latina y el Caribe actualmente cuenta con leyes de violencia contra las mujeres. Lastimosamente, solo ocho países asignan recursos específicos en su presupuesto nacional, según la Comisión Económica para América Latina (Cepal).

En 14 países de la región se ha tipificado el delito de femicidio y dos lo han establecido en su legislación en el grado de homicidio agravado por razones de género.

Perú fue el primer país en promulgar una ley para prevenir y sancionar el acoso sexual en espacios públicos. Argentina Chile y Paraguay se encuentran gestionando leyes similares.

Bolivia por su parte, es el único país de la región que ha aprobado una ley contra el acoso y violencia política contra las mujeres. Costa Rica, Ecuador, México y Perú, están en proceso de discusión para promover leyes similares.

Venezuela cuenta con la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia que amplía las garantías de protección y respeto hacia las mujeres.

¿Por qué hay machismo? 

La sociedad machista y la violencia hacia las mujeres, según expertos, responde a un problema estructural de la sociedad capitalista, sin embargo, tiene como principales responsables los gobiernos y las instituciones públicas. 

Está en la voluntad política de los gobiernos el destinar el presupuesto adecuado para los programas de atención en salud reproductiva, de educación sexual y de prevención de la violencia hacia las mujeres así como de campañas de concienciación para cambiar los comportamientos machistas en la sociedad.

Es la educación la herramienta principal para erradicar el machismo en la región. 


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