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Hace 107 años Juan Cândido lideró la revuelta de la Chibata generando el alzamiento de marineros brasileños contra el Gobierno y sus castigos corporales.
Para Brasil, la Revuelta de la Chibata significó el proceso de expresión de libertad y de rebeldía ante los maltratos y condiciones inhumanas. Es también conocida como "La Revuelta de los latigazos", y ocurrió en Rio de Janeiro, Brasil, el 22 de noviembre de 1910 liderada por Joao Cândido , (el Almirante Negro).
La acción tuvo repercusiones en varias naciones, ejemplo de un cambio significativo en la Marina de Guerra brasileña, dejando aun lado los castigos para formalizar nuevas leyes y funciones.
Cândido comandó junto a un grupo de marineros un movimiento para acabar con la violencia de aquella época.
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El reportero brasileño Milton Parron explica que son muchas las versiones sobre la Revuelta de la Chibata, porque hay historias creadas a favor de la Armada y otras que son suposiciones porque realmente hay escritores que no conocen lo que sucedió con exactitud en ese entonces.
Por esta razón, da un voto de confianza al testimonio que en 1968 el protagonista de la Revuelta de la Chibata dio al periodista y escritor Edmar Morel.
Morel pudo recabar amplia información y creó una obra fiel al testimonio de Cândido llamada "A Revolta da Chibata". En la obra se relata que la historia de la Revuelta de la Chibata, que se alzaron cuando observaron el castigo del marinero Marcelino Rodrigues, quien recibió más de 200 latigazos por herir a un colega.
En la Revuelta se apoderaron de los navíos de guerra con el fin de amenazar al Gobierno, los cañones de las embarcaciones fueron puestos en dirección al Palacio Presidencial exigiendo el fin de los castigos corporales.
Como otras de las peticiones, los marinos solicitaron ser tratados con amabilidad, aumentar los salarios y mejorar las condiciones sanitarias y alimenticias.
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El presidente para ese tiempo, el mariscal Hermes da Fonseca, aceptó las exigencias de este grupo de hombres con la condición de que entregarán las armas y las embarcaciones, pero fue una jugada de doble filo pues no cumplió y ordenó que todos los que se alzaron fueran detenidos y castigados.
Entre los detenidos se encontraba Cândido, que tuvo un año y seis meses en prisión, además fue expulsado de la Marina para ser ingresado al hospital de Alienados bajo la condición de demente e indigente. En 1912 se le otorgó su libertad, pero el 6 de diciembre de 1969 murió de cáncer.
