El jefe de la diplomacia iraní, Mohamad Yavad Zarif y el secretario para las Relaciones con los Estados del Vaticano, Paul Richard Gallagher, llamaron este miércoles a poner fin a la violencia y el éxodo que sufre la minoría musulmana rohinyá en Myanmar.
En una reunión en Teherán, capital de Irán, Zarif instó a todos los países a cooperar para frenar la masacre y las expulsiones masivas de los musulmanes de Birmania.
El ministro iraní enfatizó asimismo la necesidad de "un diálogo y una cooperación efectiva entre religiones y civilizaciones", asegurando que Irán respeta "las posiciones del papa".
Por su parte, Gallagher subrayó que se debe buscar "el fomento de la cultura de la paz y la convivencia pacífica de religiones en Oriente Medio".
Ambos responsables también trataron los conflictos regionales, la crisis de los refugiados y el terrorismo, así como la situación en Corea del Norte y el peligro de las armas nucleares.
Zarif y Gallagher también abordaron durante su encuentro las relaciones entre Irán y el Vaticano, que el jefe de la diplomacia iraní calificó de "duraderas y respetuosas".
El pasado 27 de agosto, el papa Francisco pidió ayuda y "plenos derechos" para los rohinyás, después de las últimas tensiones en Myanmar que han dejado centenares de muertos y decenas de miles de desplazados.