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La mayoría de los infectados no tenían conocimiento del experimento.

La mayoría de los infectados no tenían conocimiento del experimento. | Foto: Prensa Libre

Publicado 5 abril 2015



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La demanda señala que huérfanos, niños y enfermos mentales también fueron infectados intencionalmente sin su consentimiento, y que a algunos individuos se les negó tratamiento.

Una demanda presentada esta semana en Guatemala acusó a la Universidad estadounidense John Hopkins y a la Fundación Rockefeller de colaborar en el desarrollo de experimentos que de manera intencional contaminaron a miles de guatemaltecos con sífilis y otras enfermedades.

El texto, presentado por más de 700 personas y argumentado con investigaciones de Guatemala, alega que la Fundación Rockefeller financió la investigación de John Hopkins en cuestiones de salud pública, incluyendo las enfermedades venéreas, y empleó a los científicos encargados de supervisar los experimentos de Guatemala, llevados a cabo entre 1945 y 1956.

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El Dato: Los sujetos de la experimentación no fueron avisados de haber sido infectados, detalla el documento, solo los "estudiosos" lo sabían. Estas técnicas causaron la muerte de algunos y de otros que pasaron la enfermedad a sus esposos, parejas sexuales e hijos.

"Huérfanos, presos, pacientes psiquiátricos y prostitutas fueron infectados deliberadamente con enfermedades de transmisión sexual para determinar qué drogas, incluyendo la penicilina, trabajan mejor en parar las enfermedades", indica el texto.

La demanda busca mil millones de dólares por daños y tiene 774 demandantes, incluyendo personas que fueron sujetos del experimento y sus descendientes.

El grupo farmacéutico Bristol-Myers Squibb y el dueño de esa compañía, Mead Johnson, también son acusados. La compañía farmacéutica suministra medicamentos para los experimentos, dice la demanda.

En contexto

Entre los años 1945 y 1956 más de 5 mil 500 guatemaltecos fueron incluidos sin su consentimiento ni conocimientos en experimentos en los que fueron contagiados con enfermedades venéreas.

Según testigos, miles de prostitutas y obreros fueron infectados intencionalmente para difundir la sífilis. En total hubo  1.300 infectados, 83 muertos.

Esta no es la primera vez que desde Guatemala se acusa a estadounidenses por la contaminación ilegal y malintencionada de enfermedades venéreas. En 2012 un grupo de al menos 700 guatemaltecos hizo lo mismo.

John Hopkins y la Fundación Rockefeller archivaron declaraciones en sus sitios web condenando los experimentos, pero negando su responsabilidad.

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En 2010, la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton se disculpó con Guatemala por los experimentos, diciendo que fueron “claramente inmorales”. Un año después, Barack Obama llamó al entonces presidente guatemalteco, Álvaro Colom para pedirle perdón por hacer creer a la población que lo que parecía una vacuna para estudiar los efectos de la penicilina era en realidad una agresiva bacteria

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