Los familiares de las 40 niñas que murieron en el incendio en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, en Guatemala, exigen al Gobierno de Jimmy Morales que no queden impunes los responsables de la tragedia. No piden ayuda del Estado para poder llevar a cabo los actos fúnebres de las niñas pese a la pobreza que dificulta costear estos gastos.
Los cuerpos de 32 adolescente quemadas en el albergue fueron entregados por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala (Inacif) y trasladados en ataudes blancos por sus familiares. Sin embargo, aún en el Inacif permanecen tres cuerpos que esperan por la sepultura.
No encuentra lugar para velatorio de Analy Rivas, 14 a. una de 40 fallecidas en #HogarSeguro. Madre viven en Huehuetenango Tel: 55246682.
— Santiago Botón (@SantiagoteleSUR) 16 de marzo de 2017
El pasado miércoles 8 de marzo comenzó el traslado de los cuerpos de las menores fallecidas en un incendio del que nadie se responsabiliza aún.
"Fue una tarea ardua por la cantidad de traslados, porque muchas fueron enviadas a San Marcos, Petén, Jutiapa, Zacapa y zonas y municipios del departamento de Guatemala, por citarle algunos casos", dijo un representante de la Funeraria de León Cadenas, encargada de realizar los servicios a las víctimas mortales.
El miembro de la funeraria explicó que a causa de las terribles quemaduras sufridas por las niñas, el proceso de embalsamado fue más complejo. A la difícil situación se suma el hecho de que algunas familias, por ser de escasos recursos, no tenían ni siquiera una muda de ropa para cambiarlas y el Gobierno que prometió ayudarlos, no se ha hecho presente.
"Fue y es duro todavía ver esta situación", añadió.
>>Fiscal pide revisar denuncias sobre incendio en Guatemala
Por otro lado, cientos de guatemaltecos mostraron el pasado martes su indignación por lo ocurrido hace una semana y exigieron justicia.
"No fue el fuego, fue el Estado", "Exigimos Justicia y transparencia", "Los sueños truncados que no serán callados", "El pueblo consciente por las niñas dice presente, que la indiferencia no sea nuestra esencia" o "No fue un accidente, fue una ejecución", gritaron los manifestantes.