España registra en lo que va de 2015 un total de 12 muertes en ferias taurinas, lo cual marca un nuevo récord anual de decesos durante ese tipo de celebraciones.
La más reciente víctima de esa práctica, un hombre de 63 años, falleció este domingo tras recibir una cornada en el corazón por uno de los novillos durante el primer día de encierros de Cuéllar (Segovia), en el norte del país.
De ese modo, la cifra de muertos supera los registros del año 2009, con 10 fallecidos, y 2012, con ocho, los que hasta la fecha eran los años más trágicos de las fiestas, seguidos de 2010 y 2011 con siete decesos.
Mientras las actividades taurinas son defendidas por sectores que las valoran como una tradición cultural, diversos grupos, sobre todo sociedades protectoras de los animales, las consideran una forma de tortura.
Producto de ese tipo de prácticas, durante el año 2014 se registró la muerte de 7200 toros. Sin embargo, activistas han estimado que la cifra es de 10 mil reses muertas.
En varias provincias y municipios de España se han prohibido esas prácticas en fiestas y celebraciones, a pesar de la defensa de quienes las han catalogado como parte inseparable de la idiosincrasia española y fuente de ingresos y atracción turística en numerosas poblaciones.