La Casa Blanca anunció este jueves el despliegue de fuerzas especiales del Ejército de Estados Unidos a suelo sirio supuestamente para cumplir funciones en calidad de asesores. El mencionado “asesoramiento” es a juicio de analistas internacionales una forma disimulada de tomar parte activa en las labores desestabilizadoras y de agresión para derrocar al Gobierno.
“La medida forma parte de un cambio de estrategia del presidente Barack Obama para el combate contra el grupo radical Estado Islámico (EI)”, según expresó en rueda de prensa el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest.
“Esto es porque el Presidente ha dado cambios en la estrategia que ya estaba mostrando resultados”, expresó el funcionario. El Gobierno norteamericano omitió el número exacto de las tropas.
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Earnest agregó que estos cambios fueron discutidos vía telefónica con el primer ministro de Irak, Haider al-Abadi, quien se ha encargado de apoyar los grupos armados que atacan al Gobierno de Bashar al-Assad.
Como resultado de esas conversaciones, Obama le indicó a al-Abadi que seguirá brindando apoyo y enviándole municiones a los mercenarios, según ellos para el enfrentamiento al EI. Sin embargo, un informe secreto de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) reveló que EE.UU. ha apoyado política y militarmente al grupo terrorista, precisamente con el propósito de buscar la caída del Gobierno sirio y frenar la influencia de Irán en la región.
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“Nuestra estrategia es construir las capacidades de las fuerzas locales para que puedan contrarrestar el EI dentro de su país, hay muchas formas en las que EE.UU. puede ayudar a estas fuerzas”, alegó hoy el portavoz de la Casa Blanca.
Mencionó que “gracias a los EE.UU.” los mercenarios han logrado “avances” para “recuperar” espacios en el territorio sirio. Sin embargo, ese mismo apoyo ha sido criticado por analistas y políticos, debido a que ha profundizado la crisis en el país árabe.
Agregó que estos cambios de estrategia del mandatario estadounidense tienen como objetivo principal garantizar la seguridad de los norteamericanos, “hemos visto cómo los terroristas quieren lanzar ataques contra los Estados Unidos”.
Poco después, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, justificó la acción con el hecho de ayudar a las fuerzas locales a, supuestamente, luchar contra la organización terrorista, pero reiteró el interés de su país en promover lo que llaman “transición política” en la nación árabe, lo que en la práctica es el derrocamiento del Gobierno constitucional.
De ese modo, se mostró en sintonía con la posición de Washington y otras naciones occidentales, que han brindado apoyo a grupos armados en Siria que buscan el derrocamiento del presidente Bashar al-Assad.
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En Contexto
En más de un año de presuntos ataques contra el EI, Estados Unidos y sus aliados no han presentado pruebas de resultados notables.
Ello contrasta con los resultados rusos en Siria, que tras el lanzamiento de sus operaciones contra el EI ha logrado destruir mil 623 campos de terroristas en casi mil 400 misiones aéreas.
Cada día los extremistas desconcentran sus fuerzas debido a que los ataques van dirigidos a puestos de mando, nudos de comunicación de los grupos terroristas, almacenes de armas y combustible, así como en las bases de preparación de comandos terroristas.
Mientras tanto, Estados Unidos y sus aliados occidentales han financiado a los grupos armados que han profundizado el conflicto en Siria, y, según varias revelaciones aparecidas en los últimos meses, han apoyado también al EI.