La garganta del pueblo enronquecía en un grito: ¡Viva Fidel! ¡Viva Cuba Libre! ¡Viva la Revolución!”, reseñó entonces el periódico cubano El Crisol sobre ese día.
Este martes, Cuba y el mundo recuerdan los 60 años de la victoriosa entrada a La Habana del los combatientes revolucionarios comandados por Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, tras el triunfo de la Revolución, ocurrido el 1 de enero de 1959.
A bordo de un tanque, Fidel y el Che, llegaron a la capital cubana acompañados por 1.000 luchadores y miembros de la Columna Uno José Martí de la Sierra Maestra, para encabezar la Marcha de la Victoria, también llamada Caravana de la Libertad, que fue secundada multitudinariamente por el pueblo cubano, en una gesta tan inolvidable como histórica.
"Este es un momento decisivo de nuestra historia. La tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañemos creyendo que en lo adelante todo será fácil, quizás en lo adelante todo será más difícil", dijo el comandante Fidel en aquel momento al dirigirse al pueblo.
Mientras emitía su discurso, un grupo de mujeres liberó algunas palomas blancas. Una de ellas, se posó en el hombro del revolucionario, hecho que llenó de misticismo el momento, tanto para los presentes como para la posteridad histórica.
Entre los asistentes se encontraba la periodista Marta Rojas, quien recuerda que miles de habaneros se lanzaron a las calles a darle la bienvenida a Fidel. "A bordo de tanques y camiones, los guerrilleros recibieron un baño de multitud que los aclamaba y dejaba escuchar gritos de ¡Viva Fidel!", relató Rojas.
Con la llegada de la Revolución Cubana se dio inicio a una serie de transformaciones sociales, políticas y económicas en beneficio del pueblo que aún continúan su ejercicio, pese al duro bloqueo impuesto por Estados Unidos contra la isla.
"Todos los sonidos de la ciudad se unieron al vocerío de las muchedumbres: las sirenas de los barcos, las campanas de las iglesias, las bocinas de los autos, los silbatos de las fábricas. Se escucharon las salvas de 21 cañonazos disparados por dos fragatas de la Marina de Guerra (…) La garganta del pueblo enronquecía en un grito: ¡Viva Fidel! ¡Viva Cuba Libre! ¡Viva la Revolución!”, reseñó entonces el periódico cubano El Crisol sobre ese día.