De acuerdo con la información suministrada por entes oficiales, producto de las aglomeraciones en la procesión del Nazareno Negro que tuvo lugar este martes en las calles de Manila, capital de Filipinas, una persona falleció y otras cientos resultaron heridas.
La policía local informó que el fallecido se trataba de un funcionario de prisiones de mediana edad, quien sufrió un ataque cardíaco cuando trataba de aproximarse a la estatua del Nazareno Negro, una efigie de Jesucristo de piel tostada del siglo XVII que es llevada a desfilar ante las multitudes cada 9 de enero.
Millones de fieles se sumaron este año a la procesión que cada año acompaña y busca tocar al gran Cristo que carga a cuestas una cruz negra. Según la tradición, tocar la escultura da buena suerte: cura enfermedades y trae buena fortuna a hombres, mujeres y niños, por lo que es habitual que cientos de feligreses se aglomeren en torno a él.
Los accidentes más habituales son sofocos, desmayos, insolaciones y objetos clavados en los pies descalzos de los fieles, explicó un miembro de los equipos médicos presentes, siendo este el primer episodio de muerte desde la edición de 2015, en la que fallecieron dos ciudadanos.
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Los asistentes a la actividad suelen ser los filipinos de los estratos más vulnerables, quienes se identifican con la tez morena de la escultura del Nazareno, que data del primero de los más de tres siglos de la colonización española de Filipinas.
La figura llegó a Manila en 1606 procedente de Acapulco, México, donde fue tallada y, según la leyenda, en su camino a Asia sufrió un incendio. El calor de las llamas otorgó al Cristo su característico color oscuro, según la creencia popular en el país, aunque otra versión atribuye este distintivo a que el autor, un artesano mexicano, quiso imprimir a la obra su misma tonalidad de piel.
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